sábado, 31 de mayo de 2008

Deconstrucción TLN

Iluminado por la noche, se esconde durante el día, sin presagiar que será su fin.
Campos de batallas inexistentes, luchas absurdas adimensionales.
Como un eco retumba en su cabeza.
Los pasos dados se diluyen, se borran las huellas.
Se tapa con una manta hasta las orejas, dejando que asome su cuero cabelludo sin saberlo.
Se le ve escondido en la cama de su habitación, como un niño pero con cuerpo de hombre, fingiendo ser un adulto de pelo en pecho y escondiendo un prepúber asustadizo.
Redacta las muertes anunciadas de otros en su tarea de oficinista, qué será de la suya.
Mira para otro lado tras romper la magia de la obsesión.
Se da la vuelta y desaparece.

Inspirado en Todos los nombres (que me perdone JS por la deconstrucción).

2 comentarios:

ETDN dijo...

Cada día estoy más convencida de que los adultos no existen: no somos más que niños asustados bien disfrazados con pieles de mayores.
Seguimos tapándonos con las sábanas para no enfrentarnos al mundo.

eldiaridekafka dijo...

Hasta el final de nuestros días...