lunes, 29 de diciembre de 2008

And the quiet cat
sitting by the post
perceives the moon
Kerouac.

Cámbiese Madrid por Palma

viernes, 26 de diciembre de 2008

Porexpán

Me resulta curioso este vaso de porexpán, de sólo 10 céntimos. Ahora que se acabó (que acabé) lo que contenía, que le quedan rastros de la sustancia hipercalórica adheridos a su pared interna pero fácilmente eliminables, me mira desafiante. Leo que vivirá mil años intacto, sin biodegradarse. Quién sabe que ocurrirá dentro de mil años (que tampoco es mucho). Tal vez las cucharachas, Samsas o no, pululen por la faz de la Tierra como dueñas y señoras, tal vez ya no quede planeta. Nosotros, los que estamos aquí y ahora, no estamos programados para darle tanto uso a un vaso.
La cuestión es que aquí sigue el vaso, sucio. Pero, ¿cuántos vasos sucios consumimos al día? ¿Cuántos restos quedarán al final del año? ¿Cuántos vasos se encontrarán intactos dentro de mil años?
Sin embargo, por más que lo evite, ahí está, blanco inmaculado por fuera.

Pero sabemos que el problema de los vasos no es el mayor de los problemas. Sólo es una cortina de humo.

Qué pasa por la mente de la gente es un misterio.
Si las mentes agotadas pudieran reciclarse como un vaso de porexpán...

jueves, 25 de diciembre de 2008

Tiempos de recuerdos y de locuras

Para variar un poco y dadas las fechas en las que estamos...

Por Navidad, cuando éramos muy pequeños, mientras mi madre trajinaba en la cocina creando olores y sabores y mi padre se dedicaba a la recolección de familiares, solíamos, entre otras cosas, ver durante la espera la tele (una manera de salvaguardar el belén). Y todos los años veíamos lo mismo, sólo por estas dos partes:








y éste último vídeo me recuerda, en estos días de guardia, que el que esté exento de padecer cierta locura, que tire la primera piedra. A continuación viene la secuencia de la transformación de una persona "normal" que se inicia en el mundo de la medicina. Huelga aclarar que no pertenezco a ninguna de las especialidades que se mencionan así como no tener relación con las personas que aparecen
en las secuencias:

1. Fase residente pipiolo.



2. Fase residente mayor.



3. Fase adjunto.




Un beso y Bon Nadal!

martes, 23 de diciembre de 2008

martes, 16 de diciembre de 2008

Contame una historia

Contame una historia distinta de todas... si es que podés.


lunes, 15 de diciembre de 2008

Viejas

Los celos son cosa mala, decían las viejas, que no por viejas eran más sabias, sino más expertas. En lo que también convenían es que los caprichos se curan con el tiempo, esto es, el tiempo los aplasta, de manera que su materia se deforma y se transforma en algo todavía menos productivo, los recuerdos.

Y esto lo sé, porque una ya es vieja, aunque no lo parezca.

Primero una mancha, luego un chismorreo...

domingo, 14 de diciembre de 2008

sábado, 6 de diciembre de 2008

Biografía de un desconocido II

Te olvidas a ratos de tu existencia y de tu cabina inexistente. La lona que cubre tu cabeza es tan segura como el cielo abierto, cuando te evades. Tomas prestadas ideas de otros que tomaron prestadas tus ideas, de este modo conseguimos la cuadratura del círculo que no es más que la necesidad inconsciente de mejorar lo ya existente.
Te oyes en los gritos de otros, mientras suena un vinilo sin dueño y sacias tu sed inexistente con un brebaje incoloro que remeda un cóctel quieroynopuedo.

Te despiertas y ves que has envejecido en cierto modo. Ahora escribes tú. Mientras miras por la ventana y sostienes una copa de vino, charlando con la señora Lipton.

Sí. La vida es difícil.

viernes, 5 de diciembre de 2008

¡Hasta luego, gente, me voy de puente! Sí!!!

Y mientras pensaba, de camino a casa, que sólo quedan unas horitas para que despegue el avión (sí, sólo unas horitas) me acordaba de esta canción de cuando una era adolescente (hace y mucho), que no es ninguna joya, pero que me apetecía oirla.

Nos vemos.


domingo, 30 de noviembre de 2008

Eco

¿Qué es lo que esperas encontrar aquí sino la evidencia que las palabras son sólo eso, palabras, y no verdades absolutas, donde la ficción no es necesariamente una realidad?
¿Qué esperas de los sonidos que sólo pretenden ser sonidos y no cantos de sirenas?
Un lugar donde no encontraras musas, sino palabras universales para compartir, así pues no busques aquí a Clío, pues nunca habitó por estos lares.

Eco de un mensaje, leído en voz alta, hallado en una cueva a 1500 km de Grecia.


viernes, 28 de noviembre de 2008

A Pamela le gustaba llamar a todo el mundo bombón. Lo detestaba. Creo que mientras les llamaba así les cogía con su mano el brazo, suavemente pero ejerciendo cierta presión, para que le notaran. Se mostraba en exceso cariñosa. Yo no lo veía, pero lo sabía, y me exacerbaba. Me sacaba de mis casillas. Se presentaba con besos y se despedía con más besos. Lo odiaba. Y la gente la adoraba, la preferían. Y yo planeaba en silencio, en mi retiro, en la parte oscura, acabar con ella.

A mi pobre Paula nadie la entendía. Decían de ella que era huraña y seca. No es que la conociera pero la quería, a pesar de todo. Quería haberle dicho tantas cosas. Mi pobre y adorada Paula.
Mi encantadora Paula.



Número de Historia Clínica xxxxx. ID paciente: identidad protegida.
Diagnóstico: F 44.81 Trastorno de identidad disociativo (300.14)



Biografía de un desconocido

Un buen día te levantas y, porque sí, te acuerdas del pasado, de lo que leíste y aprendiste. De repente te recuerdas que llegaste tan lejos como pudiste, ahí, en tu asiento de un avión que no lleva a ninguna parte, sin ventanas, ni puertas, ni alas. Otros como tú pudieron escapar para reconstruirse. Pero tú, aunque quieres, no deseas escapar. Piensas que podría ser peor. Y te consuelas. Y es cierto porque podría ser peor. Te remodelaste a medias, que ya era bastante y te dejaste acostumbrar. Inicialmente cada día era como una batalla de una guerra que sabías que no ibas a ganar. Decidiste colgarte medallas en un uniforme arrogante que esconde lo que no quieres enseñar, que tal vez no sea mucho. Te lees en los libros que te hubiera gustado escribir, te encuentras en las palabras que dejaste impresas, te ves en las caras de quienes salen en las fotografías, te saboreas en la comida que otros prepararon. Mientras piensas que es irónico que la vida pueda cambiar de gris a negro en unos minutos a tu pesar.

jueves, 27 de noviembre de 2008

Despierto

Por la noche. A oscuras.
Un lado de la cama contra la pared.
Te despiertas.
Intentas levantarte, pero estás rodeado por paredes.
Te sientas y a tientas intentas encontrar una explicación.
Sólo hay paredes a tu alrededor y debajo un colchón.
Te preguntas si todavía duermes, si es una pesadilla o realmente estás emparedado.
Quién sabe.



Videos tu.tv

domingo, 23 de noviembre de 2008

Casualidades

El hombre sentado delante de mí y con la pierna izquierda cruzada sobre la derecha, jugueteaba con el cordón de su zapato. Con esa posición, el bajo del pantalón ya no era tan bajo, de modo que enseñaba su reluciente calcetín oscuro, tapado por un mate zapato negro. Con la mano derecha cogía la lazada y la retorcía. Mientras sonaban las notas. A su lado, por la izquierda, se sentaba una mujer rubia, a su derecha había dejado su abrigo y el programa. No dije que estaba casi oscuras y que la luz de la sala sólo provenía de lo que representaba el escenario. La mujer reclinó, casi ya al final, su cabeza sobre el hombro del hombre. Antes él había cogido el abrigo y lo había puesto sobre las piernas de la mujer.

Me hizo gracia pensar que ese mismo hombre, en ese mismo momento, estaba pensando en la mujer que se hallaba en la fila de delante a su derecha, a la que no dejaba de mirar.

Sin embargo, ese hombre se encontraba en ese preciso momento en una sala de espera de una maternidad, esperando oir su nombre y ver una diminuta cara que debería parecerse a la suya.

Lamentablemente se encontraba en un hospital, sobre unas palas metálicas, a punto de ser sometido a una TAC. Paren, que se agita.

Por suerte, ese hombre salía ahora mismo de Son Sant Joan.

viernes, 21 de noviembre de 2008

Sin corazón


Porque el corazón me queda lejos y ajeno.

Porque se puede vivir sin él.

Porque se puede sustituir, sin lamentarse, por otro muerto.

Porque se puede vivir sin encéfalo, sin pulmones, sin extremidades...

Pero reconozco que no se puede vivir sin sangre, si la sustituyes te queda una obra de arte (?), un cadáver plastinado, testigo moderno en 4D de un Belorcio anticuado en 2D.




jueves, 20 de noviembre de 2008

Dualidades

Porque hoy no soy yo.
Ni siquiera un cúmulo de circunstancias.
Algo pasajero.
Mañana quizás sea yo, quién sabe.
Pero en estos momentos el espejo dice que por ahora me equivoco.

.....................................................

Al contrario, Watson, lo tiene todo a la vista. Pero no es capaz de razonar a partir de lo que ve. Es usted demasiado tímido a la hora de hacer deducciones.
A.C.D.




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Andábamos sin buscarnos pero sabiendo que andábamos para encontrarnos.
J.C.




miércoles, 19 de noviembre de 2008

Verdades o blanco

Tenía por costumbre escribir en blanco sobre un fondo blanco. Decía que así quedaba no sólo más elegante, sino, sobre todo, esencialmente más puro. La verdad convertida en materia, blanca.
Lo intentó con el negro, letras negras sobre fondo negro, pero le parecía que intentaba esconder una mentira o una tristeza.
Se quedó con el blanco.
Su verdad.

martes, 18 de noviembre de 2008

Palma-Barcelona

Palma-Barcelona 15 minutos, increíble. Ya me lo parecían los 25 Palma-Valencia (tan lejos, tan cerca, el rodalies Valencia-? representaban 50: yo quiero un avión, o un piloto majo y mono, de AirEuropa mejor).
La primera ocasión para visitar Barcelona, aunque con poco tiempo, sólo horario nocturno (per les nits tots els gats són pardos i les xiques guapes).
Metro (civilización por fin, como antes). Vida en la calle. Passeig de Gràcia. Casa Batlló. Obras. La (Sa) Pedrera (con lo que cuesta subirla a dos ruedas). Tiendas exclusivas. Plaça Catalunya. Rambles. Un frío entumecedor.
Cena. Autobús. Hotel.

El último día, por fin, tres horas disponibles antes de embarcar. Maleta pequeña. ¿Qué hago? ¿Qué veo? Como un condenado que sabe que su suerte está cerca, se acumulan proyectos que nunca se llevarán a cabo, se reprocha lo que nunca hizo... A ver, opciones. Plano en mano. Se opta por la vía fácil, mejor lo malo conocido (en el buen sentido) que lo bueno por conocer. A plena luz, sin el sol en los ojos. Vuelta al Passeig con hambre y poco tiempo. De repente algo que me es conocido y que años ha que no visitaba, Palma atrasada y pobre en este y otros sentidos. Paso de la visita turística porque me juro que volveré con tiempo otro día, que no queda tan lejos. Entro. Primero cafetería. Bocata "catalán" (como toda la semana) con sus patatuelas. Rodeada de toneladas de libros. Hasta asfixiarse. Compro.
Se acaba el tiempo.
Taxi Gràcia-Aeropuerto, surrealista. Para otro día. Sin lamentar nada.

Realidades

Cuando descubres una realidad, fuera de contexto, parece que pierdes un pedazo de algo. Y sin embargo es la realidad, algo contra lo que no puedes luchar, no lo puedes modificar y obviarlo significa engañarse y perder cualquier referencia de objetividad.

Lo que ocurre es que las realidades se esconden, por suerte.

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lunes, 10 de noviembre de 2008

Ventanal o la calle fría

Ahora, con el ventanal abierto por (¿o a?) causa de un ser muerto (o parte) en el frigorífico, historia que no viene al caso, pero que se da el hecho circunstancial de que es tristemente verídico, una muerte en vano, repito pues, ahora, con el ventanal abierto, me doy cuenta que me mimetizo con el ruido exterior, que ya me es ajeno, en la calle de la emesis y los cristales rotos y verdes en el suelo, de las angostas aceras y la miscelánea cultura, donde la foránea lengua madre es una excusa más para la ridiculez, también conocida como politiqueo.

martes, 4 de noviembre de 2008

Leía en algún sitio, aunque me lo invento, que los rayos que caen no son más que las palabras que no se escriben, las letras que no se dicen, las grafías que no se dibujan, los esquemas que no se subrayan.
El sonido que emiten no es más que la rabia contenida, que cuando nos llega amortiguada ya casi no tiene sentido, está desfasada.
Que caigan y que suenen, si deben.

jueves, 30 de octubre de 2008

Mancha

Que una mancha sirva de pretexto para acordarse de alguien es algo para asombrarse. Una mancha informe, ya sea o no detestable.
Y no es que la mancha se parezca, sino que sirve de conexión entre dos conceptos distintos: una mácula, un individuo.

Ser la mancha en persona, querido.

viernes, 24 de octubre de 2008

jueves, 23 de octubre de 2008

miércoles, 22 de octubre de 2008

martes, 21 de octubre de 2008

Sombra

Que una vez tuve sombra es cierto. Tan cierto como que me acompañaba allí donde fuese. Compañera discreta y fiel, allí estaba ella, avanzando en cada uno de mis pasos, que eran como los suyos, testigo mudo de todo cuanto acontecía.
Nunca tuve conocimiento del momento exacto en el que apareció, no creo recordar que me la encontrara, sí que creo que la estrené yo.
Por las noches, a no ser que encendiera la lámpara de la mesita, se desvnecía, o al menos se mimetizaba con la oscuridad de la habitación.
Que un día desapareció mi sombra es cierto. Con ello acabó todo.
Por favor, si la encuentran, avísenme, que la echo de menos.


lunes, 20 de octubre de 2008

Con el recuerdo todavía del cálido roce de las sábanas, intentó subir el estor, para encontrar algo de luz del exterior. Si la había, era muy tenue, o bien es que la apertura de sus ojos no era completa. De todos modos, no veía nada a través de la ventana, que extrañamente le quedaba excesivamente alta. Sin embargo, allí afuera, allí abajo, había vida, porque se oía el tres, gente riendo a deshoras que no parecían recién levantados o el camión de descarga.
Un escalofrío matutino por el leve contraste térmico entre el interior de la cama y el exterior.
Sin embargo, había algo que no encajaba. Porque la cama parecía ser más grande, así como la pequeña habitación.
Se dirigió al balcón. Las cortinas del ventanal resultaban pesadas y, aunque pudo retirarlas, de nuevo no alcanzó a ver a través del enorme cristal.
Tal vez seguía en un estado de ensoñación. Por eso fue al cuarto de baño e intentó encender las luces. El interruptor parecía más grande y estar más elevado.
Siempre que entraba en el baño y encendía las luces, lo primero que veía era su monótona cara reflejada en el espejo. Pero hoy no podía. El espejo quedaba demasiado alto y apenas sí acertaba a distinguir un pequeño revoltijo de pelos que parecían ser los suyos, pero cuyo color no era el habitual. Ni siquiera alcanzaba la pasta de dientes que quedaba sobre la repisa.
Ahora ya no quedaba ni el recuerdo de las sábanas. Sólo desesperación.
Desistió del uso del cuarto de baño y volvió a la cama, con la idea de sentarse y tranquilizarse por un momento. Pero el borde tenía una altura que no le permitía sentarse normalmente, teniendo que impulsarse para hacerlo.
Con la cabeza entre sus manos, la barbilla casi tocando su pecho y cara de resignación, se puso a pensar. ¿Qué era lo que fallaba? ¿Por qué nada estaba a su alcance? ¿Por qué no veía a través de las ventanas? ¿Por qué en cada movimiento que había hecho hasta ahora lo acompañaba de un leve quejido?
Así las cosas y tras mucho meditar, cayó en la cuenta que ya no tenía por qué madrugar.
Hacía tiempo que disfrutaba (?) de la jubilación y su médico de cabecera ya le había advertido que sobre su escoliosis de toda la vida se añadía una ya no tan incipiente osteoporosis. Mañana le operarían de cataratas.

domingo, 19 de octubre de 2008

Cuatro meses o, lo que es lo mismo, cuatro semanas, son tiempo suficiente para reescribir una vida o, de otro modo, cambiar el cristal con que se mira, sin capitular.

Parado. En movimiento.

Sobre todo.

Un giro inesperado en la prosa que no traduce sino éso, un giro que no estaba previsto pero que no tiene un objetivo final. Como cuando, según dicen, el cerebro, ante una falta de información se la inventa para tapar los agujeros negros que empañan nuestro campo visual. ¿Y qué sucedería si en verdad no fuera todo más que un agujero negro y la realidad una invención de una mente aburrida?

Se decía esto mientras quedaba debajo de sus manos la piedra caliza grabada de la almena que mira al puerto. Otra vez.
No soy ni la sombra de lo que era...


sábado, 4 de octubre de 2008


-¿Entiendes este verso?
-Hago más, le sobre-entiendo.
-Así ha de ser, sobre-pásale
Y vuela sobre el sentido.


Jacobo Sureda, pres (amb total llibertat) de http://es.geocities.com/kirigirisu2002/haikai.haiku.html

lunes, 22 de septiembre de 2008

Confieso.

Nadie más lo sabe, sólo tú.

Aunque me torturen, aunque me quieran arrancar la piel a tiras para sonsacarme la información. Que ya has visto que eso se da, pero no daré mi brazo a torcer, que ya son muchos años con el mismo interrogatorio.

Sólo ocurrió una vez y ya lo olvidé. La sensación de quedarse clavado en el suelo, con la maravillosa sensación de quedar en apnea y con el corazón parado. Pero a pesar del aturdimiento, noté que algo no encajaba. Se dejó perder. No me arrepiento.

No te miento. Han pasado años y nunca busqué esa sensación, y han habido oportunidades, sigo sin mentirte, y me han colgado (y lo seguirán haciendo) en brazos (ni lo creas) de otros. Y ahora vuelve, la sensación, cuando se cruzan las miradas, que al final ya me duelen, porque se hacen eternas, vacías y distantes. Y te diría tantas cosas. Y cuando te acercas, quisiera poner mi mano en tu hombro para saber que realmente estás ahí.

Y ya no sé si es que me lo invento y son imaginaciones. Posiblemente lo sea.

Y le doy vueltas a tus últimas palabras, irónicas, que no sé a qué venían. ¿La belleza? Explícamelo, porque me pierdo.

Será eso. Me lo invento.

Recupero tus primigéneas palabras, que ya quedan lejanas, como por arte de magia.

Me demuestro a mí misma con ello que me lo invento.

viernes, 19 de septiembre de 2008

Es curioso cómo se vende la información. Se nos engaña repetidamente, se nos alarma y se nos desactiva. Las bolsas que suben o bajan, parados arriba o abajo, menos o más accidentes de tráfico con más o menos muertos, seguridades nacionales e internacionales inseguras. Todo va bien. No hay crisis. El caos del control. Balones fuera. Spanair es la responsable, el gobierno es el responsable, la oposición es la responsable.
Viajar en avión es seguro, las probabilidades de estrellarse son mínimas (no quiero hablar de estadística). Gracias a los exhaustivos y minuciosos controles, los viajes son más seguros y cómodos, aunque no puedas dar de comer a tu bebé, aunque te dé un jamacuco por la dichosa glucosa (que AirEuropa ya te dará un caramelito), aunque debas invertir en el aeropuerto para que no te deshidrates. El follow me que te controla. Desconecten sus teléfonos móviles, si desean encender cualquier aparato electrónico por favor, pongánse en contacto con el personal de vuelo. Les rogamos presten atención a las recomendaciones que a continuación les vamos a indicar, por su seguridad.

Y ahora te enseñan el vídeo del accidente, las conversaciones entre el personal del aeuropuerto, restos del avión. La noticia es la noticia. Y muchos muertos son noticia. Y las discusiones peregrinas son noticia. Y la noticia vende.

Pasar a la otra vida puede acontecer en cualquier lugar, en cualquier momento, por cualquier causa. Desde que se accidente tu avión, hasta por tropezar con el bordillo de la acera, pasando por caerte en la bañera.

Vivía en un séptimo piso y nunca me dió miedo el ascensor, ni el balcón de la terraza. Me gustaban y me siguen gustando las alturas, tanto que hubiera sido piloto (San Javier no quedaba tan lejos).

Me encanta volar, me encanta cuando despegas y cuando aterrizas, las turbulencias. Los hormigueos en la barriga (flugzeugue im meine bauch). Ver la tierra desde arriba, cómo se acortan las distancias. Allí arriba, lo terrenal se difumina.

Si el avión se cae, adiós. Pero repito que podría caerme y golpearme la cabeza con un bordillo, no sería la primera que de esta forma diría también adiós.

Hoy que vuelo.

miércoles, 17 de septiembre de 2008

martes, 16 de septiembre de 2008

Te propongo un experimento, sencillo, no es necesario tomar apuntes, no hay riesgo ninguno.

Ahora que hay luna llena. Acércate a mirarla. Verás que ahora hay unas pequeñas nubes que la rodean, pero no la tapan. Ahora, ¿en qué piensas? Vuélvela a mirar. Posiblemente ya no estén esas nubes. ¿Qué piensas ahora?

A mí, lo que me sorprende es que tú y yo podamos ver el mismo objeto, simultáneamente, como millones de personas. Y sin embargo, posiblemente, no estemos pensando lo mismo. Sin embargo, si así fuera, sería sorprendente, aunque nunca sepa en qué pensabas.

lunes, 15 de septiembre de 2008

Me gusta leer tus palabras, porque es como leer tu mente, como abrir la ventana para que entre aire fresco, pero...

Cerraba la ventana, cuando de repente un vendaval la abrió con violencia, de manera súbita, imperdonable. Los cristales hechos añicos, cubrían ahora el suelo, pequeños, brillantes, desiguales. Aquella noche ya no podría cerrar la ventana, el frío se colaría por la habitación sin contemplación.
Sólo sería una noche.
Al día siguiente mandaría llamar a a alguien para solucionarlo


sábado, 13 de septiembre de 2008

Cuando te asomas por la ventana

y ves que puedes coser el sudoeste con el noreste,

mezclar un ácido con una base sin que reaccionen,

unir vapor a un sólido

o viajar al futuro desde el pasado,

puedes caer en el error de creerte un ser omnipotente.

Aunque desde luego, si lo logras lo eres...


jueves, 11 de septiembre de 2008

Quan era lliure, d'això ja fa molt.... Que seria més fàcil parlar de la fi del món, l' autodestrucció, de forats negres, de partícules invisibles, de morts injustes o de vells somnis. Però no deixe de pensar que no fa molt era lliure i per uns moments dominava el meu destí.

Ací, als estius, la calor ofega literalment i es torna més insoportable si li afegeixes la humitat, una barreja mortal. Si ve vent de ponent estàs venut. És una sensació desesperant, anguniosa. Des de bon matí. De la dutxa de fa una hora et queda un record llunyà, pareix que han passat dos dies d'ençà. Les zones d'ombra desapareixen. Malgrat això la vida continua.


L'unic refugi són les cases. I això se sap des de fa anys. El casc antic és la prova tangible. Una mena de casc antic estil Palma, però amb la diferència de les greus pendents, que una cosa és voramar i un altra la falda d'una muntanya. Edificacions de parets grosses i finestres menudes amb grans portals, sostres de canyís, "brincalets" de pedra i balcons torts. Persianes de madera pintades. Cortines de punt. Les unes sobre les altres produeixen carrers estrets. I la humitat que brolla des del sòl (a la ciutat de les mil fonts) es fa notar en la pedra calcàrea de les parets emblanquinades o de colors, amb forma de grans dianes blanques (que no tot són cranis) en el millor dels casos.

Si ho sumes, ho tens, més frescor.

Llàstima d'hiverns.


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Cuando una era libre, de eso hace ya mucho...

Aquí, durante los veranos, el calor ahoga literalmente y se vuelve más insoportable si le añades la humedad, una combinación mortal. Si viene viento de poniente estás vendido. Es una sensación desesperante, angustiosa. Desde buena mañana. De la ducha de hace una hora te queda un recuerdo lejano, parece que han pasado dos días desde entonces. Las zonas de sombra desaparecen. A pesar de ello la vida continúa.

El único refugio son las casas. Y eso se sabe desde hace años. El casco antiguo es la prueba tangible. Una especie de casco antiguo estilo Palma, pero con la diferencia de las graves pendientes, que una cosa es cerca del mar y otra la falda de una montaña. Edificaciones de paredes gruesas y ventanas pequeñas con grandes portales, techos de cañizo, escaloncitos de piedra y balcones torcidos. Persianas de madera pintadas. Cortinas de punto. Las unas sobre las otras producen calles estrechas. Y la humedad que mana desde el suelo (en la ciudad de las mil fuentes) se hace notar en la piedra calcárea de las paredes encaladas o de colores, con forma de grandes dianas blancas (que no todo son cráneos) en el mejor de los casos.

Si lo sumas, lo tienes, más frescor.

Lástima de inviernos.


sábado, 6 de septiembre de 2008

Los pensamientos de otros.............




Mario Viñuela. Pienso, luego existes.

jueves, 4 de septiembre de 2008

Cuento

Con la cara ensangrentada, sangre ya reseca, que era lo que más le molestaba por la tirantez de las heridas más que por las heridas en sí, corría. Sin detenerse por un instante. La producción de sudor era cada vez mayor. Y qué decir de su pulso, acelerado, como su respiración. Y no podía dejar de correr, a pesar del frío y de la humedad, del dolor o la fatiga. No miraba atrás, porque lo importante era avanzar.

Mientras, Tadeo, le miraba orgulloso y altivo desde la vitrina, sin inmutarse. Eso era lo que más le gustaba.
Vivía en una tienda de antigüedades, durante el día con los propietarios del establecemiento, durante la noche solo. A veces creía que se aprovechaban de él, que le utilizaban, pero poco importaba, porque tenía un techo que le cubría la cabeza y su trabajo, o lo que él consideraba que era su trabajo, no le tomaba mucho tiempo. De todas formas hacía lo que le venía en gana. Tadeo era, para opinión de muchos, un tipo con porte y elegancia natural, sin embargo su mirada indiferente y sus lentos y estudiados movimientos hacían que a, pesar de su aspecto, fuera si no repulsivo, al menos, molesto. A los empresarios no les quitaba el sueño, todo estaba en su sitio, ninguna pieza se rompía, no había polvo y él aportaba una clase que otras tiendas desearan. Tampoco era exigente, por su trabajo sólo recibía comida. Se sentían como unos satisfechos protectores, cuidaban de una vida que no daba ningún problema.
El modus operandi de Tadeo siempre era el mismo. Tras un espartano desayuno, daba lentas y sinuosas vueltas limpiando el polvo que alcanzaba; una vez se sentía cansado, se detenía en la vitrina, lleno de objetos cuidadosamente expuestos y de fragilidad extrema. Se sentaba con suma elegancia en el centro del expositor, cubierto por una tela roja de raso, y, sin pestañear en ningún momento, estático y altivo, miraba hacia fuera, sin un punto fijo, como si mirara la nada, como si para él el tiempo fuera a distinta velocidad que para el resto de los mortales, como si pudiese vivir eternamente, todo a través de sus ojos ambarinos. Así podía pasarse horas y horas. Quieto, inmóvil, ceremonioso. Por ello, el vulgo, cuando miraba extasiado el género, no se percataba de su presencia. Era como algo que debía estar, decorativo, como las flores de plástico que llenaban el jarrón. Por eso se sentía importante, al darse a conocer. Siempre aprovechaba cuando el público era escaso, porque es cuando más indefensos se sienten. Cuando mayor es la humillación y la rabia. Porque si fueran muchos, lo que sucedería es que el pánico, aunque inicialmente igual de intenso, perdería rápidamente fuerza y se convertiría en burla y risas. Así aprovechaba aquellos incautos solitarios que miraban largamente la vitrina que, de tanto tiempo que llevaban, perdían la noción del tiempo y del espacio. Él, súbitamente, en el centro, pero con la cabeza ladeada, rotaba su cráneo, como si estuviera poseído, sin mover el resto de su ancho cuerpo, hasta el punto en que sus felinos ojos se clavaban en los del incauto. Se le había pasado por alto (para unos, para otros formaba parte del atrezzo). Y Tadeo se sentía feliz, porque vislumbraba la facies de terror y la mirada confusa, el sudor frío, la modificación pupilar, el engarrotamiento de las extremidades e, incluso creía en ciertas ocasiones, sentir los latidos fuertes que traspasaban el cristal que les separaba. Lo que durara el ataque de pánico ya dependía del sujeto. Pero había logrado que niños lloraran, adultos gritaran, mujeres se desmayaran, ancianos sufrieran infartos (poco importa el territorio afectado).

Aquel día, fue el mejor. La víctima contemplaba una lámpara huracán que, lejos de estar colgada, se hallaba inclinada y sobre el expositor en el lateral izquierdo. Una lámpara de fino cristal poco trabajado con sujeciones de un dorado metálico. A pesar de que allí se acumulaban otros objetos, el objeto de deseo para la víctima era aquello, el resto sólo eran máculas informes que adornaban el escenario. De repente, una de las manchas se gira y posa su mirada de manera insolente. La lámpara ya no es el punto focal. De nuevo, el pánico. De nuevo otro sistema simpático que se activa, inmovilizando a la vez que activando al sujeto. Éste intenta analizar qué es lo que ocurre, su cuerpo quiere girar y echar a correr, sus pies no están preparados y reciben la orden de manera precipitada. Atáxicos, erráticos. Tropiezan. La víctima cae. Traumatismo craneal. Pequeña pero escandalosa herida incisocontusa. ¿Sintronero?
Con la cara ensangrentada, sangre ya reseca, que es lo que más le molesta por la tirantez de las heridas más que por las heridas en sí, corre. Sin detenerse por un instante. La producción de sudor es cada vez mayor. Y qué decir de su pulso, acelerado, como su respiración. Y no puede dejar de correr, a pesar del frío y de la humedad, del dolor o la fatiga. No mira atrás, porque lo importante es avanzar.
Mientras los dueños de la tienda consuelan a su pobre gato. Y Tadeo le mira altivo desde su vitrina.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Quan no hi han paraules...

Cuando no hay palabras....

viernes, 29 de agosto de 2008

Esta falsa historia es la historia de una historia que jamás tuvo lugar. La auténtica historia que todo el mundo pudiera conocer.
Y comienza así...

Mas como la historia no tuvo lugar no se puede contar
pues, de acometerse dicho menester, tornaríase verdad.

domingo, 24 de agosto de 2008

Las palabras aún resuenan en su mente. Los hechos también. Una y otra vez. No sirven los conductistas ni su detención del pensamiento. No basta para algo que no ha sucedido.

Cierto es que queda mucho...

sábado, 23 de agosto de 2008

Con tu permiso.

Cuando te atas los zapatos (si es que hoy en día se ata algún zapato) y te incorporas sobre ti mismo, el mundo gira.
Cuando caes enfermo y te curas en tu cama de cuatro esquinas, el mundo sigue girando.
Cuando sirves de humus, imagínate quién sigue girando.
Y no es porque el mundo no quisiera parar, ni por ti ni por nadie. Si cediera en sus movimientos de rotación y traslación vendría la catástrofe, ya sabes. Pero en verdad (yo os digo), sigue orbitando porque le place, no se detiene ante nadie. Y es en este auténtico egoísmo donde radica parte de la vida.

viernes, 22 de agosto de 2008

Momento Ein Tag in Berlin




El problema es que todo queda mejor en la mente, quiero decir, los hechos, los dichos, siempre tienen sentido en la cabeza de uno mismo, los planes saben mejor. La realidad es otra. El boicot de la realidad. Lamentablemente los acontecimientos no se pueden alterar, como mucho manipular, versionear, falsear, distorsionar.
Soltar palabras y luego borrarlas, para sustituirlas por otras. Redecorar tu vida. Buscar la perfección. La insatisfacción por no conseguir lo que se desea como se quiere, aunque (casi) se posea.
Ejemplos los hay de toda índole y no seré yo quien los exponga.
Te pasas toda la vida planificando para coleccionar errores. Y aunque digan que de ellos se aprende, te duele convivir con tu frustrante colección. Lo tomas como una derrota. Aunque no lo sea.

martes, 19 de agosto de 2008

No cal seguir llegint.
Aunque inicialmente había escrito otra cosa bastante diferente, se descontroló y se borró. Y no me apetece repetirlo. Tampoco es que se haya perdido gran cosa.

Bueno, el tema es que compré un par de libros antiguos/viejos escolares, uno de álgebra (por mi madre, que le encantan las matemáticas, qué poco nos parecemos; de 1931) y otro de Biología (por defecto; de 1907). Por supuesto, el primero, todavía sigue siendo válido, el segundo, en fin. Por lo menos es bastante mejor que los modernísimos libros de secundaria que cambian todos los años, con incremento de precio y memeces, y disminución de calidad.

Quisiera de ese "Nociones de Ciencias Físicas, Químicas y Naturales" rescatar algunas cándidas frases, si se me permite:

Biología
1. De los seres que tiene vida, el más importante es el hombre.
2. El hombre es el ser más perfecto de los que pueblan la Tierra; es un admirable conjunto de cuerpo y alma racional

El alma del hombre
1. El alma humana es un espíritu que, unido con el cuerpo, nos hace vivir.
4. Así como creemos en Dios, autor de todo cuanto existe, debemos creer en que el alma no muere, y, por tanto, en otra vida.
5. Que el alma humana es una sola y simple, lo comprueba el que si fuera compuesta sería orgánica y visible y por tanto dejaría de ser espíritu.

Razas humanas
5. Nosotros pertenecemos a la raza caucásica o blanca, la cual se halla establecida principalmente en Europa
7. La raza etíopica o negra trae su nombre de la Etiopía, centro del África y país muy caliente.
8. A esta raza pertenencen los hotentotes y cafres (c).
(c). Es de inteligencia muy inferior a las razas caucásica y mongola.
[Aquí hago un paréntesis. Evidentemente esto es un despropósito y una sandez, no sabía si copiarlo o no, pero por desgracia hoy día, científicos tan importantes como uno de los "padres del ADN" (esto habría que discutirlo) como sería el Sr. Watson piensan que es una evidencia. Posiblemente estudió en su infancia con libros con aseveraciones como éstas, difíciles de erradicar de lo más profundo de la mente una vez que se almacenan. Pero lo de Franklin no creo que estuviera en ningún temario.]

Teléfonos.-Timbres
1. Estando en Madrid podemos conversar con uno que esté en Sevilla. [Encantador.]

Cuerpos químicos.- Generalidades
10. El estudio de los químicos sólo ha descubierto como unos 80 cuerpos simples.

Átomos y moléculas
2. Se llama átomo la menor porción de todo cuerpo simple, indivisible por las acciones químicas.
3. La pequeñez de los átomos es asombrosa.
4. Afirma un sabio (Gaudín) que para contar los átomos que hay en la cabeza de un alfiler, se necesitarían doscientos cuarenta millones de años, suponiendo que se contaran mil átomos por cada segundo.

lunes, 18 de agosto de 2008

"Una vegada vaig rebre una flor roja, i no sabia si era una amenaça o el testimoni delicat d'una admiradora. Posats a triar, vaig quedar-me amb això darrer (perquè vaig més curt d'enamorades que d'enemics) i ja em feia tot de càlculs feliços, quan van trucar a la porta i aparegué un missatger d'aquests que van en moto. El cor em va bategar de pressa. Però no: el noi em va dir que s'havia equivocat de pis i em va demanar que li tornés la flor."

Pere Calders। De teves a meves.

domingo, 17 de agosto de 2008

Posiblemente me meta en un terreno que no me compete y salga escaldada sin remedio. Pero escarbando por ahí, no debería hacerlo, me topé con un viejo conocido, con el que además comparto signo zodiacal (si es que eso repercute de alguna manera en el discurrir de la vida; te dedico la frase, compañero).

Pues no, son muchas las cosas que desconozco, por no decir que no sé nada. Y maldita fue la hora en la que se me ocurrió testearme (si es que la palabra existe) hace ya muchos años y darme cuenta que, con el tiempo, sé menos y dudo más de todo cuanto me rodea (poco falta para sufrir el delirio nihilista de Cotard) hasta el punto que cualquier pensamiento o decisión, sometidas a interminables análisis interiores, se convierten en una exasperante tortura de final desastroso.

En fin, que yo no quería hablar sobre esto. Ya ven, un final desastroso de nuevo, les conduzco por un camino tortuoso y árido, total para hablar sobre un libro. Y la segunda introducción la realizaba para justificarme y dejar bien claro que no soy crítica literaria, que sólo es una ínfima opinión y que no me gustaría que se tomara en cuenta.

Para que nadie sufra un colapso mental, si es que todavía hay alguien leyendo el que se ha convertido en el cuarto párrafo. Empiezo. El libro en cuestión es Kafka en la orilla. Lo compré el verano pasado atraída por el título. Demasiadas expectativas. Parte lo leí en la calita adyacente al Torrent de Pareis, qué quieres que te diga... Lo acabé no sé por qué. Tal vez para saber qué histriónico final nos había preparado el autor. Debo confesar que sufrí más con En busca del tiempo perdido y que éste ni lo acabé de leer (me cansó tanta campana y tanta ida y venida...). La historia no la contaré, para no arruinarle a nadie la lectura, pero es una historia que va más allá de lo que sería una obra kafkiana si es lo que se pretende encontrar (Kafka sería como disfrutar de un viaje en tren y Murakami como hacer el mismo trayecto a la velocidad de la luz, llegando al destino sin conservar tu masa, como uno de sus gatos, espachurrado). Demasiado onirismo (Cotard se colaba por entre sus páginas). Molta palla i poc gra, ¿eh?.
A mi colega del copy y past no se lo recomiendo, ojalá alguien me lo hubiera advertido.

Por eso prefiero el préstamo bibliotecario a la compra. Por la economía y el espacio...



http://www.miguelreche.com




sábado, 16 de agosto de 2008

A destall.

No és veritat?

Semblaria una pèrdua de temps que no fos així.

I tot i això, a destall.

D'ençà que les coses són d'aquesta manera, la velocitat fa que sigues més pesat (al quadrat de la velocitat que duus) i més aplanat, deixant de ser una esfera i passant a ser un ovoïde.
Amb la velocitat que vas, tot i que et mous, pareixes suspés al mateix punt. Però no és més que una il.lusió, perquè tot i que et veuen, et trobes a un altre punt.

I no sóc jo qui ho diu. No sóc jo qui parle, relativament.


miércoles, 13 de agosto de 2008

A veces el humor es el único escudo.
Qué desastre (la vida real)...

No es una obra maestra, ni siquiera es bueno, ni mediocre tan siquiera...

domingo, 10 de agosto de 2008

Des de Patmos..........

Se puede vivir muerto sin necesariamente morir, así como es factible vivir a pesar de haber muerto.

Mitchelle es inglesa (por ponerle un nombre y una nacionalidad, pero quién sabe) y tiene cuatro años. Piel de tan blanca que es transparente y duele a la vista, ojos quizás azules y un largo cabello de tan rubio que parece blanco y tan escaso que parece que no tenga. Ha venido de vacaciones con su familia, su hermanito y sus padres. Ha estado jugando todo el día en la cala. Su madre juega ahora con su hermano en la orilla y ella se entretiene entrando corriendo al agua y saliendo gateando impulsada por las olas. De manera casi compulsiva. Una y otra vez. Hasta que llegado a un punto se tumba sobre la arena. De pronto, su mamá, sin mediar ni una palabra, deja de jugar con el pequeño y se dedica a echar de manera lenta puñados de arena sobre el abdomen de Mitchell. Ella ni protesta. De repente coge una pala de plástico azul y se dedica a cubrirla más con la arena. Su hermano se percata y empieza a colaborar en la tarea. Mitchell sonríe pero no se mueve. Ahora es su padre, más brusco, quien ayuda a cubrir el resto del cuerpo. Sólo la cabeza queda al aire. Su madre le susurra, estás muerta... Mitchelle sabe pero no sabe en qué consiste morir, sólo sabe que debe estar quieta, sin moverse, casi sin respirar... Súbitamente se levanta, se sacude la arena y regresa al agua. A su familia ni le dio tiempo de percatarse...

Ahora empiezan a hacer castillos de arena cavando agujeros.

Esto me recuerda:

martes, 29 de julio de 2008

Muere/o poco a poco, sin más dilación. El espejismo se desmorona. La entrada a un vórtice. Se predijo. La muerte anunciada.

¿Verdad?

Lo mejor que puede pasar es que todo vaya mal, para no perder la benignidad de la costumbre, que no es más que el tránsito hacia un final gris y mediocre. Falta del uso de la palabra oral y exceso de la escrita. La voz baja y queda, marca de la casa. El léxico relamido, cortesía de antaño.

Para mayor información, la máxima newtoniana (resumida en una variante sencilla), que no por más conocida, no deja de ser terrible y hermosamente cierta, todo lo que sube tiende a bajar.

jueves, 24 de julio de 2008

Ubi pus...

Un poco de todo.
Un poco de allí y otro de aquí.
El punto blanco de la pantalla inmóvil y permanente denota que no se trata de una alteración de la visión.
Quejarse no sirve de nada.
Criticar el ombligo propio tampoco.
Un ombligo blanco, inmóvil y permanente.
Ubi pus...
No toda alteración es patológica, para eso están las variantes de la normalidad.
Que no te guste lo que veas, no significa que para otros no sea lo correcto.
Aunque sean atrocidades.
... ibi evacuat.
Nos quejamos demasiado y actuamos poco.
Todos.
Un poco de desidia disfrazada de buenas intenciones.
Al final Todos llevamos una máscara. Eso es lo que escandaliza.

Sigue el punto blanco en la pantalla...
Y yo me meto directamente en el saco. A colación por lo de ayer.

miércoles, 23 de julio de 2008

Biografía o la idealización

Després d’uns dies amb sensació d’impotència que encara dura...

Compré un DVD el otro día. Nunca he sido aficionada a comprar películas, puesto que siempre lo he considerado un gasto innecesario, así como el hecho de comprar libros. Con respecto a esto último siempre he preferido el usufructo. Quiero decir, encuentro que el hecho de compartir los libros es como si se les concediese vida, incluso una vida más digna, en lugar de quedarse en un estante recogiendo polvo, va de mano en mano, gente que ni se conoce disfruta con el mismo objeto tan simple y a la vez tan complejo. Y el libro mismo se enriquece, se convierte en un trotamundos. Puede que viaje en tren, o se vaya a la cama, o se impregne de los buenos olores de una cocina, o que se tome el sol en una terraza, o en un pequeño balcón, o que se encuentre en una mochila con otros libros... Esto no le sucede al DVD, por eso quizás no me gusta el sistema del usufructo para este artículo.

Volviendo al tema...

Creo recordar que ya la había visto, aunque no sabría decir. Llevaba dos discos, uno la película, de Preminger, el otro contenía los extras, la biografía de dos de los protagonistas, un tráiler y un documental.
La película buena. Las biografías me dieron que pensar. Las biografías...
Son como retazos de una vida maquillada y edulcorada, sobre todo si versan sobre difuntos, como es el caso, a conveniencia de cómo se quiera vender la historia. Generalmente, el personaje se convierte en un ser único, cuyos errores se le perdonan, cuyos logros se magnifican. Se trata de la construcción de un nuevo ser a partir de los fragmentos de uno auténtico.
Curiosamente, en esta obra sucede lo mismo. Una mujer muerta se convierte, repasando su vida, en una mujer fascinante, cautivadora, de forma que incluso sin conocerla, alguien que debería ser absolutamente imparcial cae rendido ante su retrato y los recuerdos que tienen los demás sobre ella. La idealiza. No hay defectos y, si los hay, se minimizan.

La idealización. Un error frecuente.

domingo, 20 de julio de 2008

Banalidades

La importancia de las letras, los acentos y los signos de puntuación:

-----> de las letras

- Según el registro civil, porque a un funcionario, que posiblemente estuviera de mala gana de guardia, se le ocurrió cambiar una "s" de mi apellido por una "z", ya no soy hija de mi padre, ni hermana de mi hermano (es lo que se llama generación espontánea). Textualmente: ni podrás heredar, ni podrás ir a la universidad porque no te darán el título. A lo primero ni caso, a lo segundo, pues vale.

------> de los signos de puntuación

- Se dice que cierto emperador romano, de cuyo nombre no puedo recordar, en un momento de magnificencia, decidió que uno de sus prisioneros debía ser liberado. Así pues, se redactó la siguiente sentencia que debía llegar a los carceleros del mencionado reo: "Liberadlo, no ejecutadlo". Pero fuera (fuese) quien fuese (fuera) el destinatario de la misiva, obvió la coma, o al menos la posición de la misma. De manera que entendió justo lo contrario: "Liberadlo no, ejecutadlo". De esta forma, en poco tiempo, dos vidas en Roma se vieron segadas tempranamente. Y todo por una buena acción.

------> de los acentos:

- Cómo me como yo la cabeza, entiéndase, cuan elaborado me quedó este post.

PD: igual algún día continúa. Sobre todo, no porque no me vengan a la mente ejemplos, sino porque ahora ya es tarde. Si no, lo dejo para mañana.

Xauet.

sábado, 19 de julio de 2008

Guardia o el subconsciente

Lo acabo de confesar, hace apenas unas horas, sí señor. Porque uno o una no se puede callar. El subconsciente te delata. Al final, las palabras te traicionan, se escapan. Y tú ves cómo fluyen. Incluso se podría decir que las ves escritas en el aire. Pero no las puedes borrar. Ya quisieras. Incluso a veces se escapan por tu boca frases cuyo contenido desconocías y no creías que anduviese flotando en tu mente, recorriendo tus neuronas, despolarizando canales y liberando neurotransmisores.

La versión subrepticia y fisiológica de un detector de mentiras (me gusta más así que polígrafo, campechana que es una).

En el pasillo y a grito "pelao". Sí, señor. Desde hace más de 20 días que me lo repite, la misma pregunta. Incluso con vacaciones de por medio. "¿Y que siempre estás de guardia?" (cancioncilla mallorquina socarrona, no olvidemos). "Estas enfermeras de hoy en día..."

"Las guardias las hago porque me quiero comprar un yate de 15 metros de eslora. Con lo ahorrado, ya tengo 5,72 cm de esos 15 metros." (cancioncilla mallorquina socarrada, para no desentonar).

Se ríe y yo más. ¿Que hago yo, enfermera que soy, con un yate?

jueves, 17 de julio de 2008

Concatenación III o la carencia de originalidad

El poeta sólo pide meter la cabeza en el cielo.
Es el lógico quien intenta meter el cielo en su cabeza
Y es su cabeza la que se parte.
Chesterton.

La paradoja de Olbers (en resumen y para Kaku, que explica lo anteriormente expuesto y no necesariamente lo arriba mencionado, sino lo previamente y más abajo anotado, que no deja de ser una mera observación para una situación puntual): la paradoja que pregunta por qué el cielo de noche es negro. Si el Universo es infinito y uniforme, deberíamos recibir luz de un número infinito de estrellas y, por tanto, el cielo debería ser blanco, lo que contradice la observación. Esta paradoja se explica por el big bang y el tiempo de vida finito de las estrellas. El big bang pone un límite a la llegada de la luz a nuestros ojos desde el espacio profundo.


[Universos paralelos. M. Kaku]


De nuevo, desde un cielo desconocido y ajeno. Donde el cielo realmente ni siquiera es negro cuando se esconde el sol, ni siquiera hay noche, sino un atardecer seguido de un amanecer, en la orbe sin persianas, en la metrópoli de engañosa calma.

martes, 8 de julio de 2008

La sentencia

La sala se encontraba abarrotada, llena de gente que, con el paso de los días, se había ido congregando de manera casi exponencial hasta formar una multitud informe de caras ávidas por saber cuál sería la sentencia.

Puede que tuvieran tareas por realizar en sus hogares, en el campo, en... Sin embargo, la gente, de condiciones diversas, acudían sin reparar en ello o al menos otorgarle la importancia que pudiera tener. Querían conocer el desenlace de la historia. Observar la expresión del juzgado al saber de su futuro. Culpable. No culpable. Sólo dos posibles opciones y una de ellas era forzosamente más jugosa que la otra. No obstante, en aquella ciudad no había tenido lugar una ejecución en años. Y eso justificaba las ansias de aquella población. La incertidumbre mantenía vivas sus esperanzas, dado el vacío diario de sus almas.

El juicio, en contra de todo pronóstico, se había alargado hasta un punto que se conocía de su existencia en pueblos de otras comarcas y se seguía con la misma pasión que en directo pero a través de la prensa. Tiradas matutinas y vespertinas se hacía eco de todo cuanto acontecía en aquella sala. El suspense bien lo valía.

Para el acusado, un hombre sin posibilidad de costearse una defensa digna, ni siquiera de mantenerse por sí mismo, las perspectivas decrecían con cada día que pasaba. Quería que aquello acabara pronto, cuanto antes. Según su defensa, al inicio de aquella pesadilla, el caso era claro y, como mucho, le caería una pequeña regañina que en poco tiempo olvidaría. Pero con el avanzar del tiempo, la cosa se agravó hasta el punto que, sabiéndose inocente (según proclamaba a los cuatro vientos), podría ser ajusticiado.

Inicialmente escuchaba de forma atenta cada una de las declaraciones que tenían lugar. Gradualmente dejó de prestar atención, hasta que tuvo la sensación que no era él el acusado, sino otro. Incluso llegó a abandonar aquella sala para acudir a sus recuerdos, a sus lugares preferidos. De hecho, conoció escenarios que nunca había visto en su vida, comió manjares para él desconocidos. Por no decir más, pudo al fin contraer matrimonio con su prometida, a la que a veces, cuando regresaba a la sala, buscaba entre la gente que se dividía entre sus defensores y sus detractores. Aquella joven no hubiera podido encontrarse allí. Todo comenzó con una pequeña y tonta tos, que luego se siguió de esputos herrumbrosos y poco a poco, la joven de sonrosadas mejillas, se convirtió en un pequeño ser que dejó este mundo años ha.

Estos episodios, de los que la psiquiatría llama episodios de despersonalización o desrealización, compréndase, le llenaban de vida y de esperanza.

Aquel día decidió no abandonar la sala, era el último día que le mantendría recluido, entre aquellas cuatro paredes blancas. Dejaría la silla de madera, una vulgar silla, y también la mesa, una vulgar mesa, ambas viejas y carcomidas, arañadas por la tensión en casos previos. Había olvidado por qué se le juzgaba, aunque ya daba igual.

Aquel día se dilucidaba su futuro: o la libertad o la muerte.

El ambiente era diferente al de los días previos. Se notaba. Se palpaba. Se acrecentaban al máximo los malos olores producidos por el acúmulo de días en la piel de sus propietarios, que no conocían la higiene sino de vez en cuando. El calor allí dentro era asfixiante, sólo generado por aquellos seres vivos y sin otra fuente de energía, a pesar que fuera la temperatura era primaveral e incluso fresca aunque el sol fuera de justicia.

Y justicia se produciría allí dentro.

Le hicieron levantarse de su silla.

Detrás, el público, expectante, con el corazón en vilo. Taquicardias y taquipneas. Resoplos. Manos y pies inquietos. Taconeos y palmadas. Incluso hipo. A más de una tuvieron que sacarla a fuera por lipotimia, no sin protestas y quejas por la incómoda molestia que representaba para sus solidarios salvadores.

Se iba a leer el veredicto.

El juez repitió su nombre, un nombre que ya le era ajeno, pero que le devolvió de sus aturdidos pensamientos.

No sabía qué iba a ser de él. Qué le esperaría en la calle perpendicular de la vida. Quiso mirar atrás y buscarla. No estaría. Súbitamente la ansiedad, que había reaparecido de nuevo hacía unos instantes, se disipó. Se sintió más sereno que nunca, dispuesto a escuchar de la boca de otro hombre, libre y con capacidad para decidir quién era digno de ser inocente y vivir o quién era culpable y merecía ser castigado con todo el rigor de la ley, qué era ante sus ojos.

El silencio.

La sentencia.

domingo, 6 de julio de 2008

Kafka o la reinterpretación de Concatenación

A Kafka lo conocí a través de la poesía. Había oído el término kafkiano, sabía qué significaba. Sin embargo mi tutora y profesora de mi lengua materna en secundaria (de ese plan educativo revolucionario [E.S.O., ya induce a pensar que aboca al fracaso general, ESO] que llaman LOGSE), me lo presentó, a través de su metamorfosis, con portada de fondo blanco y toques azules, en mi idioma. Parte del premio de un concurso de literatura. El poema que presenté le hizo deducir que me gustaría. Sólo se hizo con ese ejemplar. Del resto de libros para los compañeros, no recuerdo. De mi poema sólo guardo en la memoria el principio, pero no viene al caso.

Lo leí. Gregor Samsa. Me tocó el alma, de rabia, de impotencia. No quiero decir que lloré al final, pero lo hice. Odié a sus padres. Odié a Gregor. Odié a Kafka.

(Sin embargo, hizo que perdonara a mi profesora por las truculentas historias que nos obligó a leer a lo "I ara qué, Núria" (¡por favor!, NO, que ya me tuve que leer la primera parte por obligación...), "Laura a la ciutat dels sants "(kafkiano hasta el final) o "Mor una vida, es trenca un amor" (lo peor... que no sé si a esto puede superarle la selección de vídeos de diversas asignaturas, con trabajo filosófico y psicológico: Johnny cogió su fusil, La naranja mecánica [a Kubrick le salvo por su 2001: Odisea...]... ) [sin embargo estas obras literarias consiguieron una considerable aceptación entre las clases, sobre todo, entre el público femenino, en concreto, en aquellas tipas que nunca consiguieron leer una oración simple sin conseguir que no nos evadiéramos a otros mundos mientras asesinaban a cada una de las vocales, arrastrando cada sílaba, como si cantaran (podías dibujar cada una de las entonaciones en sinuosas ondas irrepetibles, emocionante), y que preferían como lectura la biblia que guiaba su forma de vida, el SúperVale]. No obstante, les guardo cariño, quizá por su cándida sinceridad ignorante opuesta a la cándida apariencia de ignorantes niñas buenas de las compañeras que les precedieron en la etapa escolar.) Bueno, sigamos con Kafka...


Y seguí buscando más para leer. Y leí. Continuó apretándome el alma. Me atraían las frases, largas construcciones interminables que, con detenimiento, adquirían un sentido que una vulgar concatenación de frases más cortas no podrían hacerlo jamás, con imprescindibles comas que dejaban una pequeña pausa para respirar.

Llegué al proceso poco más tarde, en árido catalán no normativo (véte tú a saber qué variante era aquella) que me hizo desistir por unos años, hasta que tomé la determinación de reemprender la lectura como fuera. De nuevo, más sensación de impotencia, triste final, kafkiano donde los haya. Final, lamentablemente pudieras encontrar semejanzas con hechos cotidianos de mayor o menor envergadura. El acoso y castigo del inocente... La indefensión hasta el absurdo... El caballero de nobles ideas pisoteado por la práctica y ventajosa posición del que juzga o manda (en cualquier modalidad en que esto se dé [guiño], y sin referirme a cualquier hecho real del momento que nos ocupa: cualquier coincidencia con la realidad depende sólo del que interpreta esta frase y no depende de quien la escribe, que lo hace de la manera más aséptica posible).

De Kafka a Lovecraft y su Horror de Dunwich, pasando por el sorprendente Poe. En busca del tiempo perdido, ni mentarlo (preferiría a Núria). Lecturas de verano (no necesario realmente) que se concatenaban de manera vertiginosa con otro tipo de autores que no es necesario mencionar.

De Kafka, todavía el castillo a medias.


Lo más kafkiano de todo que, ante la sensación de rabia que su obra podría dejar en aquellos que se aventuran a bucear entre sus páginas repletas de palabras, con escasos puntos y merecidas comas, la única idea del autor, según se comenta, era reirse de sus propios relatos con sus allegados en sus tardes libres. A pesar de los esfuerzos de (pobres) grandes y elocuentes estudiosos de su obra quienes, a partir de un pequeño fragmento, pretenden buscar el sentido místico de Kafka, que quizá no lo tenga. Y a mí me queda la vaga sensación que ese pÁ-jaro, en el fondo, se quería reir de sí mismo, de la abogacía (quizá a causa de su padre) y de la cotidianidad. Como un Da Vinci autorrepresentado en una bella (?) dama de sonrisa incierta o en gentiles vírgenes de abigarradas posiciones, burlándose de quienes intentan encontrar una quimera.

Sin embargo, me rindo ante él.

viernes, 4 de julio de 2008

Concatenación

Llegaba cansado a casa. Mal día, o no, quizás monótono, o no. El calor, asfixiante hasta el final, hacía que cualquier nimiedad fuera exasperante. El aire acondicionado del coche y la música de la radio le hacían más llevadero el trayecto a casa. Demasiado lejos, o no.
Abrió la puerta con las mismas ganas con las que se acude al dentista, primero un esfuerzo, la decisión de acudir, luego dolor o el ruído diabólico y después se acabó con el problema, aunque resentido y molesto.
Se quitó de encima todo aquello que se podía quitar. Conectó el aire acondicionado, último modelo (eso quisieras, o no). Para comer, ensalada, preparada. Era cada vez más persona y menos masa amorfa. Con la hidratación, se equilibraba de nuevo el equilibrio hidroelectrolítico (valga la redundancia, con el calor se fundió la palabra balance y el ordenador no puede escribirla).
Se sentó en el sofá. Ya empezaba a refrescar. Pero no se levantó para coger el mando, sino que se recostó aún más. Ya llevaba varios días haciendo lo mismo. Sabía que se dormiría, sin querer, sin pretenderlo. Si no lo evitaba, hoy sería igual que ayer. Con la salvedad que era viernes, veraniego, bien.
Se durmió en el sofá, ya lo sabía, por un tiempo indeterminado. Soñar con paraísos, no necesariamente repletos de cocoteros y arenas blancas. Paraísos secretos, que nadie más conocía o que nadie pensaría que lo fueran. Momentos que viviría o que vivió. Rescatar o crear nudos espaciotemporales. Recordarlo o no tras despertar no era sino una suerte de azar. Por si acaso dejó una película puesta en la tele encendida.
Al despertar, una confusión de ideas, de identidades, desorientación parcial.
Pero cede al momento, y lo que antes era una confusión se pierde, se diluye, con la completa reactivación cerebral.

http://...


Anoche, pude contemplar el cielo. Las luces de la bahía no me lo permiten. Estrellas sobre fondo negro. Vale la pena. Acostada en la terraza, en el suelo. Como siempre, como antaño.

El frescor nocturno obliga a taparse con lo primero que se tercie, una gran toalla (verde). Con la acomodación visual, empiezan a descubrirse nuevos astros, de menor intensidad lumínica. Sobre ese fondo se divisan elementos móviles diversos, transeúntes habituales de ese blog viviente: aviones necesitados de atención, con sus luces parpadeantes; diminutos satélites artificiales, sigilosos, orbitando de forma rutinaria sobre Gaia (otro sistema de autorregulación, como el balance hidroelectrolítico), como cortejándola; cometas (sólo dos y ya me conformo, uno para tí, otro para mí; nunca pedí otro deseo que no fuese el de volver a ver más estrellas), realmente fugaces, en el punto acordado, el habitual.
No me importó no repasar el mapa (siempre he visto carros, más de los que existen), ni buscar Orión, compañera a la hora de acostarme, a la hora de coger el autobús por la madrugada.
Sólo respirar bien hondo.

Fotos d'estiu II

Para mi querido público (se me suben los humos). Pero no se acostumbren, que parecerá la típica escena con las eternas fotos de viaje (las de boda, peor, y realmente me refiero a éstas que a las de viaje) del familiar plasta que las trae a capazos y llegando de día se marcha de madrugada.



Fotos prevacacionales mallorquinas......



El Gorg Blau:





Mi casa desde la otra punta de la bahía (al lado de Puro Beach, sorry Ignacio, pero todo tiene un lado bueno):





Otra foto tomada por allí cerca:





Fotos vacacionales.........



No todo es verde:






jueves, 3 de julio de 2008

Fotos d'estiu

Hoy no me apetece mucho escribir, ¿será que el estrés es el motor de mi vida? No creo. Sin embargo, me gustaría dejar algunas imágenes, para quien guste (típica frase de anuncio de contactos) y, sobre todo, para que, cuando regrese a la rutina, las pueda recordar (aferrarme a ellas como a un oasis perdido en medio del desierto).








martes, 1 de julio de 2008

Caminando (y II)

Caminaba solo, cabizbajo, sin detenerse. No esperaba encontrar a nadie en aquel sendero bien delimitado, de bordes imprecisos. Errante. Ensimismado en sus propios pensamientos. Las manos en los bolsillos, jugueteando con las piedrecitas.
Encontrar a alguien en ese sendero no era lo que esperaba, puesto que era un camino poco transitado. Por ello, avanzaba seguro, descuidado, desprevenido. No vio que se cruzaba con alguien, hasta que fue demasiado tarde.

Caminando.




No s'hi val canviar el final de les històries, perd el seu encant. Em vaig assabentar, després d'haver-la llegida, que John Steinbeck va escriure Las uvas de la ira sense fer cap esborradura, tot un èxit. Les millors idees, les millors paraules, les primeres, aquelles que van irrompre a l'instant precís. Qualsevol (qualque) modificació (com aquesta) és un intent de cercar la perfecció que, malauradament, no existeix.





lunes, 30 de junio de 2008

Caminando

Caminamos como podemos mientras podemos.


Pasó por entre la hojarasca, intentando avanzar por el sendero, que era tan estrecho como lo era su pie. No era un camino recto por completo pero tampoco era sinuoso. Se delimitaba bien, dentro de la medida en que ello era posible. Seguía recto, sin desviarse. Nada podía detener su avance, ni nadie. La luz era cálida, un ambiente anaranjado. Sin calor, sin frío, sin un olor distintivo. Sus pasos se ahogaban, sin emitir ningún sonido. Sólo caminar. Ajeno a cualquier estímulo externo. Sobre aquello en lo que pensaba, al lector no debería importarle.
Sin oscilaciones en la pendiente. Sin huellas pasadas. Con una velocidad constante, sin ir deprisa. Con la mirada ausente. Las manos en los bolsillos, jugueteando con sendas diminutas piedras que ya llevaba desde que partió de su destino.

Caminando.

Continuará....

domingo, 29 de junio de 2008

Ya hay amaneceres y puestas de sol.
Ya hay cielo nocturno con festival estelar cuasi perpetuo.
Ya hay vida.
Desapareció la sensación de asfixia.
Una pequeña pausa sin zorros ni corderos de corte manso y de espíritu viperino.
Sólo el azul del cielo y del agua dulce, clorada o no.
Sin mástiles, ni cabos.
Por un momento.

Y sin embargo siento una pequeña desazón, como si me hubiera dejado algo, como si te hubiera dejado.

miércoles, 25 de junio de 2008

La otra mejilla


Aprovechando el otro día (de libre asueto) se me ocurrió hacer una visita prevacacional (de caire) cultural y visitar Es Baluard. Como no había prisa decidí pasar primero por la zona centro. Y así, caminando, caminando, llegué hasta la Catedral. Entré. El calor allí desaparecía, para quedar un ambiente térmicamente neutro, incluso fresco. Pero lo que yo iba buscando, de manera inconsciente, era tranquilidad y no la forma de evitar encender el aire acondicionado. Hacía muchos años que no oía un sermón. Sin embargo me quedé. Inicialmente no tenía intención de escuchar, sólo dejar de pensar. El olor tenue a incienso me recordaba a otros tiempos. Lo más impresionante, el lugar. Si tuviese que escoger, me quedaría con mi Seu, pero he de reconocer, que ésta no se queda atrás. El sol entraba de manera libre a través del rosetón, filtrándose por entre sus cristales de colores e incidiendo de manera directa sobre los metálicos tubos del Órgano mayor, que de vez en cuando arrancaba tristes notas, con alegre iluminación como contraste. Sobrecogedor.

Tranquilidad. Y de fondo, el murmullo sectario, una palabra tuya bastará para sanarme... De corrido y sin pensar.

Me apoyé sobre uno de los pilares con intención de marchar pronto, pensando que llevaba una camiseta con tirantes que dejaba los hombros al aire y con un chicle en la boca (Oh! pecado hasta hace unos años. Castigo de Dios: sin nada al descubierto, sin nada en la boca, sin apoyarse [vuélvase a leer otra vez, pero con entonación al estilo "yo yo quiero un cuchillo"]), como la mayoría de las allí presentes. Pequeña venganza.

De repente, habló el sacerdote de nuevo y de manera perfecta pude escuchar sus palabras: el hombre moderno (desde siempre en contra de la modernidad, el pasado está repleto de tiempos modernos que en el futuro quedan obsoletos) vive con miedo, se siente infeliz y tal y cual (la cancioncilla de siempre). Entonces me quedé boquiabierta, sus cuerdas vocales dejaron escapar el aire modulado: "La creatividad nos hace más rígidos". ¿Era eso lo que realmente había escuchado? Aquel hombre, rodeado de arte (con fines no necesariamente estéticos), desde las vidrieras, a las columnas góticas, pasando por el barroco órgano y acabando por la contemporánea reforma de Barceló se atrevió a soltar aquella frase, encadenada a otras, que salían de su boca de manera informe, tediosa. Acabó aquello y salí "contenta".

Pero bueno, para gustos los colores. Ponga usted la otra mejilla.


Callejeando llegué hasta Es Baluard. Tras pagar religiosamente la entrada (a pesar que el pobre hombre de detrás del mostrador me insistía con: "¿Seguro que no es estudiante? ¿Y Carnet Jove? ¿Seguro que no tiene derecho a descuento? Que me dieron ganas de darme por vencida, pero para tozuda yo. Igual que como con los pacientes: Oy.. Oiga y, ¿seguro que es médico (con cancioncita mallorquina)? ¿Que no es muy joven? Y yo ahí, pues sí señor/a, lo de su familiar es bastante grave y hay posibilidades de que le queden como secuelas... Y se resignan, ya da igual que sea joven o vieja.).

La verdad es que se estaba fresquito también. Ahora tocaba luz diáfana, sin misterios ni sombras. Lienzos, la mayoría de los cuales no me decían nada, sólo creatividad expuesta (para Miró, según la audioguía, una obra de arte que te produce la misma sensación que un puñetazo en la cara [en la mejilla], puede considerarse una obra de arte). Un Sorolla, entre artistas catalanes, que me dejó indiferente (otra recomendación desde aquí: la exposición itinerante de Sorolla i Bastida de Bancaixa no tiene desperdicio, impresionante) con las meijllas intactas. Hasta que llegué a la parte dedicada principalmente a Joan Miró. "El vol de l'alosa, primera aurora: Fugim de pors complexes i cerquem / sols un doll d'aigua clara. // El vuelo de la alondra, primera aurora: Huimos de miedos complejos y buscamos / sólo un chorro de agua clara." Curioso. Clarificador. Si el párroco de antes, que basaba su sermón en el miedo del hombre, hubiera leído estas palabras protegidas por el cristal, se habría escandalizado, quizá más que yo al oirle a él. ¿Tendría él la otra mejilla libre?


Lo mejor del museo, las vistas desde la terraza.


PD: la única obra que me golpeó la cara fue Lebanon, de la Exposición Nomad (J. Martin), que no es la que sigue, pero casi.



(Óleo sobre aluminio)

lunes, 23 de junio de 2008

De manera concisa y rotunda dio por finalizado el asunto.
Sin protestar, sin argumentar.
Nunca dijo lo que pensó, porque las palabras se las lleva el viento, no dejan huellas. Son como los granos de arena que el viento arrastra o, si lo prefieres, como las pérdidas constantes de calor y humedad del cuerpo en busca de la homeostasis.
Y sin embargo, sus palabras eran las más importantes, su voz necesaria, aunque a veces no se compartieran las ideas.

Si pudiera desde aquí decirte todo esto, lo haría, pero me lo reservaré. Aunque eche de menos ver tus manos, tu sonrisa a medias (cada día más a medias). Aunque me cueste admitir que te echo de menos por completo (te lo negaré a la cara y sin sonrojarme). Mis palabras se las lleva el viento.

jueves, 19 de junio de 2008

Vacances

Las maletas medio hechas, pero no te preocupes que algo me dejaré olvidado, ya me acordaré cuando suba al avión, sin posibilidad de retornar. Regresar a los orígenes y alejarme del desastre diario, sin remordimientos y con una sonrisa de oreja a oreja, aunque sea de manera breve.
Canviar el Bellver per les Nits al Castell. Deixar la mar embafadora i fastigosa pels pins i el fenoll. El soroll i els cotxes per passejos a la nit a les fosques. Canviar les paneroles per formigues, escurçons i aranyes. Empatxar-me amb albercocs, graniçat de llimó i llet merengada. Sofrir la calor ofegadora sota l'ombra de les moreres.

Ja faig el compte enrere... (que no falten els punts suspensius).


PD: me atrevería a recomendar desde aquí Orígenes de Amin Maalouf, un libro que descubrí por casualidad en la biblioteca, templo de estudio y saber, cerca de los sicomoros y con vistas al castillo. No tiene porqué gustarle a todo el mundo, sólo es una recomendación de una lectora sin afán de convertirse en una experta en literatura.