En la explanada, el cielo nocturno rojizo, violáceo...
Al fondo, sobre las montañas, despejado, azul turquesa oscuro.
Sobre la bahía, cielo ennegrecido.
El Bellver, como si fuera la luna, aparece fantansmagórico, imponiendo respeto, más tridimensional que nunca (como el aura de una migraña, como tu súbita presencia, me quedo aturdida, sin respiración), sobre el fondo morado.
Y ahora llueve, se veía venir... Sólo faltan los relámpagos y sería una noche perfecta, los reclamo (como con la exasperante analítica general "urgente"), y sólo llueve más intensamente.
La ventana refleja minúsculas partículas líquidas que, con la escasa luz exterior, asemejan múltiples estrellas a mi alcance.
Pero no hay tormenta.
PD: ya sabía yo que en mi día libre, mañana, iba a hacer mal tiempo. Poco importa, ya tenía previsto visita turística acompañada de toque literario. No creo cambiar de planes. Me acompaña mi paraguas desde la facultad, que llueva si quiere, aunque no duerma en toda la noche.
2 comentarios:
No llega el verano,no. La lluvia sigue y cansa. El ritmo es distinto con los paraguas siempre a cuestas. La intemperie es menos acogedora con las nubes acechando (por cierto, preciosas fotos).
Apetece viajar, vacaciones, hacer y deshacer maletas ;))
Muchísimas gracias por tu interés, por leer mi texto en la revista. Ya conoces más cosas de mí: puedes ponerme nombre y rostro.
un beso enorme
Y se esperan más lluvias...
Sí, ya te tienes cara. Me sorprendió porque, excepto por el color de pelo, te pareces mucho a mi amiga Xusi. De hecho, tengo una foto que nos hicimos en Canarias que es calcadita a la tuya...
Otro besazo para tí.
Y que publiques mucho más!!!
Publicar un comentario