Triste es la vida del cebo,
pero más triste la del cebo enlatado vivo.
A oscuras, apretujados, emparedados.
Un Ausschwitz para con otras especies.
aunque sea para morir, con cierta dignidad,
la que da el enorme espacio del mar
frente a la vergonzosa tiranía de una lata.
Cambiar por lo menos la oscuridad y el calor
por un frío líquido azulado.
3 comentarios:
Por aquí no tenemos máquinas de esas, en esta tierra sin mar.
En el Manzanares hubo patos, ahora no sé.
bss
Con lo bonito que es ese mar, parece mentira que haya gente que no sepa divertirse (o aburrirse, Mafalda dixit) sin molestar a los peces.
Besos, Ignacio
ETDN: ¿qué tal una máquina expendedora de migas de pan para los patos del Manzanares?
CG: cuando yo era joven (ahora ya no) pescaba en el río (con pan), pero lo abandoné, debido a mi conciencia: si al menos hubieran servido para comer... pero cualquiera, aquellas aguas eran y son veneno puro (me sirvió para entender conceptos como la oxigenación, salubridad...). No había necesidad de torturar a otra especie.
De todos modos, pobres peces, pero sobre todo, pobres gusanos...
Publicar un comentario