martes, 14 de abril de 2009

Besugos' conversation

- ¿Vive usted en un barco?
- Lo desconozco.
- Así pues, ¿no sabe dónde vive?
- Es cierto, lo desconozco.
- ¿Y ese olor dulzón a mar? Permítame usted, ¿y ese olor a pescado? ¿Y esa red que cuelga de su brazo? ¿Esa piel curtida y bronceada? ¿Esa gorra marinera que culmina su cabeza?
-Pues diríase que en un barco vivo, sólo por las apariencias. Pero algo me dice que soy más de tierra, porque no entiendo de peces o vientos, pero si quiere le hablo de los frutos de la huerta, de los fertilizantes y el efecto del nitrógeno, de los pesticidas y del riego.
- Entonces, caballero, su discurso ya no me interesa.
- Pero, entonces, ¿dónde vivo?
- Esa pregunta ya carece de valor. Averígüelo usted mismo, que yo me voy.

2 comentarios:

ETDN dijo...

Las apariencias que a menudo no son lo que parecen. O sí. O a lo mejor son sólo lo que inventamos. No siempre cuenta la realidad, sino lo que queremos creer. El espejismo puede durar segundos o toda una vida.

Inquietante diálogo, entre el mar y la tierra. Entre dos hombres que no se entienden. Que a lo mejor tampoco buscan entenderse.

Hay preguntas irrelevantes e innecesarias, que nos empeñamos en formular.

besos

eldiaridekafka dijo...

Cuando al cerebro le falta información, rellena estas lagunas con invenciones, porque necesita explicarse la realidad, tenerla controlada, evitar el caos.

Lo peor es cuando te creas unas expectativas y éstas te fallan. Te sientes traicionado y aunque se tiende a culpar a esa realidad truncada (una situación, una persona...), sabemos secretamente que los culpables somos nosotros.

Un beso a mi escritora favorita ;)