domingo, 19 de abril de 2009

Cebo

Triste es la vida del cebo,
pero más triste la del cebo enlatado vivo.
A oscuras, apretujados, emparedados.
Un Ausschwitz para con otras especies.

Y en su cautividad esperan algún día ser lanzados al mar
aunque sea para morir, con cierta dignidad,
la que da el enorme espacio del mar
frente a la vergonzosa tiranía de una lata.
Cambiar por lo menos la oscuridad y el calor
por un frío líquido azulado.

3 comentarios:

ETDN dijo...

Por aquí no tenemos máquinas de esas, en esta tierra sin mar.

En el Manzanares hubo patos, ahora no sé.

bss

__ dijo...

Con lo bonito que es ese mar, parece mentira que haya gente que no sepa divertirse (o aburrirse, Mafalda dixit) sin molestar a los peces.

Besos, Ignacio

eldiaridekafka dijo...

ETDN: ¿qué tal una máquina expendedora de migas de pan para los patos del Manzanares?

CG: cuando yo era joven (ahora ya no) pescaba en el río (con pan), pero lo abandoné, debido a mi conciencia: si al menos hubieran servido para comer... pero cualquiera, aquellas aguas eran y son veneno puro (me sirvió para entender conceptos como la oxigenación, salubridad...). No había necesidad de torturar a otra especie.


De todos modos, pobres peces, pero sobre todo, pobres gusanos...