viernes, 20 de febrero de 2009

Sirenas kafkianas, dextrocardias o los piratas del alma

Mas las sirenas poseen un arma mucho más terrible que el canto, esto es, su silencio...

porque las sirenas, cansadas de ser consideradas como entes místicos, traidoras y seductoras de nobles marineros, se rebelaron contra ellos. Pues ni eran nobles, ni eran marineros, sino piratas de dudosa moral con corazones disfuncionantes, bradicárdicos y ectópicos, de aquellos que solían decir en sucias y oscuras tabernas baratas "llegué, ví, vencí y arrasé", con mujeres amauróticas en cada puerto que esperaban la llegada de sus valientes farsantes con sus relucientes espadas en los cinchos dispuestas manchadas de vacuas palabras en exceso rebuscadas, ladrones de guante blanco sobrevalorados, saqueadores de espíritus y prestidigitadores de la oratoria escrita.

Porque las sirenas, cansadas del castigo que les había sido impuesto, el de condenar al olvido a aquellos maleantes mediante seducciones que no les reportaba nada a las susodichas, tomaron una drástica actitud, mantengo, en virtud de las disposiciones sindicales de la época, el cese inmediato de dichas actividades disuasorias de la llegada a la meta; que arribaran pronto, por favor, a su destino final. Ni querían ser como la miel a los cerdos, ni como las margaritas a las abejas.

Y las sirenas se callaron, porque para lo que había para ver y oir... Así, que quienes les esperaban en los puertos cargaran con semejantes individuos, ellas ya tenían bastante en mantener sus escamas húmedas y sus cabellos secos.


Esta podría ser la banda sonora que quedaría bien...



pero ésta es la que queda fetén

2 comentarios:

__ dijo...

Ni todos los piratas son malos ni todas las sirenas son buenas....

A veces prefiero un saqueador de espíritu.

Besos ectópicos, Ignacio

eldiaridekafka dijo...

De acuerdo, de acuerdo...

(De todos modos, siempre sentí predilección por algunos malos, de los cuentos y las historias, quiero decir).

A ver dónde damos los besos, eh, majo! ;=)