A alguien se le ocurrió la brillante idea de fabricar a los seres vivos con un dispositivo on/off autónomo. Lamentablemente no contempló una tercera opción, el standby, al menos no viene de serie en todas las especies. De todas maneras, como los electrodomésticos rebeldes que hacen lo que les viene en gana y se saltan a la torera el diseño y la función racional, a veces se permiten el lujo de contravenir el plan original, de modo que antes de que la palanca llegue a tocar por primera y última vez la posición del off, se queda a medio camino. Un contratiempo, cuerpos inertes, autónomos microscópicamente, dependientes macroscópicamente.
Aprendieron sobre electricidad, pero no a programar, por lo que, en ese estado, la opción de reset no está contemplada.
En fin, un plan maestro con fallos, propio de un colegial irresponsable que no revisa su trabajo y lo entrega en el último momento.
5 comentarios:
Ningún ser elige su estado, el "on" viene impuesto de fábrica y el "off", en la mayoría de los casos también.
Yo casi nunca dejo los aparatos en "standby". Dicen que consumen mucha energía, que es mejor apagarlos. Con los aparatos es fácil. Con las personas no.
En ciertos casos es útil un buen amigo informático que no tenga miedo a pulsar el botón de resetear.
Peliagudo tema el que planteas.
bss
Creo que el principal problema es que creemos que no tenemos caducidad, ni nosotros ni los que queremos.
Sería fácil hablar por experiencia sobre lo que sucede cuando alguien se queda en modo suspendido, pero sería de muy mal gusto por mi parte y además ya hay suficiente literatura sobre este tema tan peliagudo.
De todas maneras, aunque sólo hay dos opciones, cada situación es infinitamente distinta. Tristemente.
B7s
Y además siempre puede venir alguien y no dejar ni tomar esa decisión. Dígase Berlusconi, que como es primer ministro puede hacer un decreto ley. En contra del Supremo y del presidente de la República. Eso sí, el Vaticano le ha aplaudido.
(me he acordado de ti y de este post redactando la noticia anoche)
besos
No puedo opinar porque no sé, por eso os leí y me callé...
B7s a las dos (¡lo que aprende uno!)
Es mejor no saber algunas cosas, Ignacio.
Que nadie deba toparse con ellas...
Un abrazo (que ya te dí un beso).
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