sábado, 14 de febrero de 2009

Inicios

Es curioso cómo empiezan las historias, me refiero, la primera frase de cualquier libro. Al final, de tantos inicios que se han escrito, cualquier principio puede recordar a otro que ya se ha leído. Incluso, cuando quieres empezar una historia, te da la sensación de que alguien ya inventó esa frase y que sólo estás plagiando, de manera subconsciente, a otro más original que tú. Cierto es que la portada o el título sirven para llamar la atención, pero si la primera frase no te cautiva, el ejemplar que queda entre tus mano más bien puede ser ninguneado y denigrado hasta el punto de que con suerte, quizás llegue de nuevo a su posición original o escondido entre sus congéneres para apartarlo de la vista.

A veces se prefiere un arranque sencillo, tal que un monosílabo. A veces una oración simple. Otras, un texto infinito.

Prosa a parte, da igual, pues a la primera entrada se le da tanta importancia que la historia parece que queda relegada a un segundo plano y muchos autores se quedan en blanco, varados, buscando una sentencia como no se haya escrito igual. Si se quiere, sería como una especie de perfeccionamiento para alcanzar el éxito.

Sin embargo, antes de empezar seriamente con un libro, me gusta leer la última frase, cuando el autor ya está exhausto de tanta palabrería, donde, por una parte, se comprueba si es o no un buen escritor y, por otra, te estimula para leerlo y averiguar qué sucede entre la primera y la última palabra, es decir, atender a la historia, que es quien debería tener protagonismo.

Una curiosidad, nada más.

PD: y después de leer la última frase quizás alguien haya sentido el impulso de mirar este texto de manera aséptica y leer la primera frase y tras ello la última, y se habrá percatado que la segunda palabra de ambas son, permítaseme la licencia, que hoy voy de azul, la misma.

Y es que suceden dos cosas:

a) la vida es circular

y

b) la que escribe no sabe escribir y su vocabulario mengua exponencialmente con el paso de los días.


2 comentarios:

__ dijo...

Yo también lo hago y siempre me dicen que como me atrevo...

Un beso, curiosa, de Ignacio

PD: mengua la vida, mengua la memoria, pero no creo que tú mengües. A mi me creces siempre....

eldiaridekafka dijo...

Menos mal que para alguien crezco, porque hoy llevo un día... Lloviendo sin aviso.
Problemas con el mando del coche (levantarse pronto para nada), problemas con la instrumentista (Oommmmm..., haya paz, haya paz...), el paciente que no despierta (al final sí, uf!)...

Sí, creo que tienes razón, crezco pero hacia lo ancho...

Un beso (,) curioso.