martes, 15 de junio de 2010

Diario de un investigador: Monopolo magnético

Es cierto, he creado un monopolo magnético, tras años de ardua investigación, en busca de mi santo grial. El concepto de perpetum mobile espoleó mi alma, me apretujó contra la espada y la pared, deseando crear el primer artilugio que se moviese por sí mismo, sin necesidad de una fuerza motriz y sin que se viese perturbado, de forma infinita sobrepasando los tiempos. En esta búsqueda centré mi esencia, mi cuerpo y mi mente, mi tiempo, mis años.
La excitación dio lugar a la felicidad, ésta a la incertidumbre, quien a su vez me llevó al hastío y ello al odio.
En este intrincado resumen de mi vida, como científico que soy, tras algoritmos que plasmo en mi trabajo pendiente de publicar, descubrí, por casualidad (¿no sucede esto siempre a los mejores en el campo de la investigación? Años de vida tirados a la basura, para que el hallazgo del siglo sea consecuencia del azar), así, como quien no quiere la cosa, que por este sacrificio en pos del movimiento infinito, me había quedado solo, sin ejercer atracción sobre ninguna partícula, sin repeler a polos de mi misma condición. Efectivamente, he creado el primer monopolo magnético viviente.

2 comentarios:

cinta dijo...

Me has dejado con la duda: has encontrado el santo grial o él te ha encontrado a ti, o ninguno de los anteriores?

eldiaridekafka dijo...

Hola.

El personaje, lamentablemente, no encontró el santo grial. Mucha gente ha ido en su búsqueda, pero el movimiento infinito, aunque cierto en la mente, es incierto en nuestra realidad. Ahí radica su belleza.

Saludos!