Qué ganas tengo que el viejo fósil la diñe. No veo el momento de que eso suceda, pero cuando ocurra, seré libre. Y bailaré sobre su tumba, y quemaré su cama. No dejaré vestigios de su existencia. Nadie le recordará, aunque me temo que ya no lo hacen, porque para muchos ya dejó de ser y para otros ni siquiera está.
Toma nota, viejo fósil, que no descanses en paz.
Carta manuscrita hallada en el interior del libro "Biografía de mí o cómo ser un buen y rico descendiente".
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