martes, 23 de marzo de 2010

Gota a gota sobre la frente. Gotas frías. Una tras otra. Indoloras, inodoras e incoloras. Caen, con una cadencia predeterminada. Y siguen, sin parar. Gota a gota, sobre la frente. Siguen cayendo, una a una, a las cuales les siguen puntuales y fieles compañeras, como en procesión. Su pequeñez les confiere atermicidad (¿neologismo?) pero su sucesión constante incrementa la fuerza. Ya han pasado los primeros minutos, soportables, se siguen los cuartos, cansinos, acontecen las horas, crispantes. Y sigue lloviendo sobre el mismo punto, a dos centímetros del nasion. Caen, caen, caen... Ya cansa, pero caen... Enerva y caen, caen... Sólo queda evadirse, sí, contar nubes, nubes algodonosas, cargadas de agua, agua evaporada, el agua que cae sobre la frente y se evapora. Mejor, explotemos las nubes...


miércoles, 17 de marzo de 2010

Ratas

Ratas, ratas, ratas por doquier... Ratas que matan, que descarnan, que acuchillan, que roban, que mienten, que engañan, que apuñalan por la espalda. Ratas que acorralan, que rehuyen, que desvían la mirada.
Roedores de mala muerte que se arrastran como reptiles y que hieden como mofetas, remolonean antes nuestros ojos y se avalanzan por sorpresa ante sus víctimas si huelen su sangre fresca.

Sin embargo, su arma secreta radica en que no se puede huir de ellas, se camuflan, se venden como cándidas almas. Nada las delata.

domingo, 7 de marzo de 2010

Sólo la arrogancia humana puede imaginar que el mensaje se dirige a los hombres.

martes, 2 de marzo de 2010

"Cuando efectuaba yo los pases magnéticos, entre gritos de «¡Muerto, muerto!», que hacían por completo explosión sobre la lengua, y no sobre los labios del paciente, su cuerpo entero, de pronto, en el espacio de un solo minuto, o incluso en menos tiempo, se contrajo, se desmenuzó, se pudrió terminantemente bajo mis manos. Sobre el 1echo, ante todos los presentes, yacía una masa casi líquida de repugnante, de aborrecible putrefacción. "

La verdad sobre el caso del Señor Valdemar