jueves, 10 de septiembre de 2009

Autopsicografía (Pessoa)

El poeta es un fingidor.

Finge tan completamente

que hasta finge que es dolor

el dolor que de veras siente.

Y quienes leen lo que escribe,

sienten, en el dolor leído,

no los dos que el poeta vive

sino aquél que no han tenido.

Y así va por su camino,

distrayendo a la razón,

ese tren sin real destino

que se llama corazón.

1 comentario:

__ dijo...

¿Y lo bien que vivimos en nuestra mentira? Somos mucho más felices...