domingo, 30 de noviembre de 2008

Eco

¿Qué es lo que esperas encontrar aquí sino la evidencia que las palabras son sólo eso, palabras, y no verdades absolutas, donde la ficción no es necesariamente una realidad?
¿Qué esperas de los sonidos que sólo pretenden ser sonidos y no cantos de sirenas?
Un lugar donde no encontraras musas, sino palabras universales para compartir, así pues no busques aquí a Clío, pues nunca habitó por estos lares.

Eco de un mensaje, leído en voz alta, hallado en una cueva a 1500 km de Grecia.


viernes, 28 de noviembre de 2008

A Pamela le gustaba llamar a todo el mundo bombón. Lo detestaba. Creo que mientras les llamaba así les cogía con su mano el brazo, suavemente pero ejerciendo cierta presión, para que le notaran. Se mostraba en exceso cariñosa. Yo no lo veía, pero lo sabía, y me exacerbaba. Me sacaba de mis casillas. Se presentaba con besos y se despedía con más besos. Lo odiaba. Y la gente la adoraba, la preferían. Y yo planeaba en silencio, en mi retiro, en la parte oscura, acabar con ella.

A mi pobre Paula nadie la entendía. Decían de ella que era huraña y seca. No es que la conociera pero la quería, a pesar de todo. Quería haberle dicho tantas cosas. Mi pobre y adorada Paula.
Mi encantadora Paula.



Número de Historia Clínica xxxxx. ID paciente: identidad protegida.
Diagnóstico: F 44.81 Trastorno de identidad disociativo (300.14)



Biografía de un desconocido

Un buen día te levantas y, porque sí, te acuerdas del pasado, de lo que leíste y aprendiste. De repente te recuerdas que llegaste tan lejos como pudiste, ahí, en tu asiento de un avión que no lleva a ninguna parte, sin ventanas, ni puertas, ni alas. Otros como tú pudieron escapar para reconstruirse. Pero tú, aunque quieres, no deseas escapar. Piensas que podría ser peor. Y te consuelas. Y es cierto porque podría ser peor. Te remodelaste a medias, que ya era bastante y te dejaste acostumbrar. Inicialmente cada día era como una batalla de una guerra que sabías que no ibas a ganar. Decidiste colgarte medallas en un uniforme arrogante que esconde lo que no quieres enseñar, que tal vez no sea mucho. Te lees en los libros que te hubiera gustado escribir, te encuentras en las palabras que dejaste impresas, te ves en las caras de quienes salen en las fotografías, te saboreas en la comida que otros prepararon. Mientras piensas que es irónico que la vida pueda cambiar de gris a negro en unos minutos a tu pesar.

jueves, 27 de noviembre de 2008

Despierto

Por la noche. A oscuras.
Un lado de la cama contra la pared.
Te despiertas.
Intentas levantarte, pero estás rodeado por paredes.
Te sientas y a tientas intentas encontrar una explicación.
Sólo hay paredes a tu alrededor y debajo un colchón.
Te preguntas si todavía duermes, si es una pesadilla o realmente estás emparedado.
Quién sabe.



Videos tu.tv

domingo, 23 de noviembre de 2008

Casualidades

El hombre sentado delante de mí y con la pierna izquierda cruzada sobre la derecha, jugueteaba con el cordón de su zapato. Con esa posición, el bajo del pantalón ya no era tan bajo, de modo que enseñaba su reluciente calcetín oscuro, tapado por un mate zapato negro. Con la mano derecha cogía la lazada y la retorcía. Mientras sonaban las notas. A su lado, por la izquierda, se sentaba una mujer rubia, a su derecha había dejado su abrigo y el programa. No dije que estaba casi oscuras y que la luz de la sala sólo provenía de lo que representaba el escenario. La mujer reclinó, casi ya al final, su cabeza sobre el hombro del hombre. Antes él había cogido el abrigo y lo había puesto sobre las piernas de la mujer.

Me hizo gracia pensar que ese mismo hombre, en ese mismo momento, estaba pensando en la mujer que se hallaba en la fila de delante a su derecha, a la que no dejaba de mirar.

Sin embargo, ese hombre se encontraba en ese preciso momento en una sala de espera de una maternidad, esperando oir su nombre y ver una diminuta cara que debería parecerse a la suya.

Lamentablemente se encontraba en un hospital, sobre unas palas metálicas, a punto de ser sometido a una TAC. Paren, que se agita.

Por suerte, ese hombre salía ahora mismo de Son Sant Joan.

viernes, 21 de noviembre de 2008

Sin corazón


Porque el corazón me queda lejos y ajeno.

Porque se puede vivir sin él.

Porque se puede sustituir, sin lamentarse, por otro muerto.

Porque se puede vivir sin encéfalo, sin pulmones, sin extremidades...

Pero reconozco que no se puede vivir sin sangre, si la sustituyes te queda una obra de arte (?), un cadáver plastinado, testigo moderno en 4D de un Belorcio anticuado en 2D.




jueves, 20 de noviembre de 2008

Dualidades

Porque hoy no soy yo.
Ni siquiera un cúmulo de circunstancias.
Algo pasajero.
Mañana quizás sea yo, quién sabe.
Pero en estos momentos el espejo dice que por ahora me equivoco.

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Al contrario, Watson, lo tiene todo a la vista. Pero no es capaz de razonar a partir de lo que ve. Es usted demasiado tímido a la hora de hacer deducciones.
A.C.D.




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Andábamos sin buscarnos pero sabiendo que andábamos para encontrarnos.
J.C.




miércoles, 19 de noviembre de 2008

Verdades o blanco

Tenía por costumbre escribir en blanco sobre un fondo blanco. Decía que así quedaba no sólo más elegante, sino, sobre todo, esencialmente más puro. La verdad convertida en materia, blanca.
Lo intentó con el negro, letras negras sobre fondo negro, pero le parecía que intentaba esconder una mentira o una tristeza.
Se quedó con el blanco.
Su verdad.

martes, 18 de noviembre de 2008

Palma-Barcelona

Palma-Barcelona 15 minutos, increíble. Ya me lo parecían los 25 Palma-Valencia (tan lejos, tan cerca, el rodalies Valencia-? representaban 50: yo quiero un avión, o un piloto majo y mono, de AirEuropa mejor).
La primera ocasión para visitar Barcelona, aunque con poco tiempo, sólo horario nocturno (per les nits tots els gats són pardos i les xiques guapes).
Metro (civilización por fin, como antes). Vida en la calle. Passeig de Gràcia. Casa Batlló. Obras. La (Sa) Pedrera (con lo que cuesta subirla a dos ruedas). Tiendas exclusivas. Plaça Catalunya. Rambles. Un frío entumecedor.
Cena. Autobús. Hotel.

El último día, por fin, tres horas disponibles antes de embarcar. Maleta pequeña. ¿Qué hago? ¿Qué veo? Como un condenado que sabe que su suerte está cerca, se acumulan proyectos que nunca se llevarán a cabo, se reprocha lo que nunca hizo... A ver, opciones. Plano en mano. Se opta por la vía fácil, mejor lo malo conocido (en el buen sentido) que lo bueno por conocer. A plena luz, sin el sol en los ojos. Vuelta al Passeig con hambre y poco tiempo. De repente algo que me es conocido y que años ha que no visitaba, Palma atrasada y pobre en este y otros sentidos. Paso de la visita turística porque me juro que volveré con tiempo otro día, que no queda tan lejos. Entro. Primero cafetería. Bocata "catalán" (como toda la semana) con sus patatuelas. Rodeada de toneladas de libros. Hasta asfixiarse. Compro.
Se acaba el tiempo.
Taxi Gràcia-Aeropuerto, surrealista. Para otro día. Sin lamentar nada.

Realidades

Cuando descubres una realidad, fuera de contexto, parece que pierdes un pedazo de algo. Y sin embargo es la realidad, algo contra lo que no puedes luchar, no lo puedes modificar y obviarlo significa engañarse y perder cualquier referencia de objetividad.

Lo que ocurre es que las realidades se esconden, por suerte.

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lunes, 10 de noviembre de 2008

Ventanal o la calle fría

Ahora, con el ventanal abierto por (¿o a?) causa de un ser muerto (o parte) en el frigorífico, historia que no viene al caso, pero que se da el hecho circunstancial de que es tristemente verídico, una muerte en vano, repito pues, ahora, con el ventanal abierto, me doy cuenta que me mimetizo con el ruido exterior, que ya me es ajeno, en la calle de la emesis y los cristales rotos y verdes en el suelo, de las angostas aceras y la miscelánea cultura, donde la foránea lengua madre es una excusa más para la ridiculez, también conocida como politiqueo.

martes, 4 de noviembre de 2008

Leía en algún sitio, aunque me lo invento, que los rayos que caen no son más que las palabras que no se escriben, las letras que no se dicen, las grafías que no se dibujan, los esquemas que no se subrayan.
El sonido que emiten no es más que la rabia contenida, que cuando nos llega amortiguada ya casi no tiene sentido, está desfasada.
Que caigan y que suenen, si deben.