lunes, 30 de junio de 2008

Caminando

Caminamos como podemos mientras podemos.


Pasó por entre la hojarasca, intentando avanzar por el sendero, que era tan estrecho como lo era su pie. No era un camino recto por completo pero tampoco era sinuoso. Se delimitaba bien, dentro de la medida en que ello era posible. Seguía recto, sin desviarse. Nada podía detener su avance, ni nadie. La luz era cálida, un ambiente anaranjado. Sin calor, sin frío, sin un olor distintivo. Sus pasos se ahogaban, sin emitir ningún sonido. Sólo caminar. Ajeno a cualquier estímulo externo. Sobre aquello en lo que pensaba, al lector no debería importarle.
Sin oscilaciones en la pendiente. Sin huellas pasadas. Con una velocidad constante, sin ir deprisa. Con la mirada ausente. Las manos en los bolsillos, jugueteando con sendas diminutas piedras que ya llevaba desde que partió de su destino.

Caminando.

Continuará....

domingo, 29 de junio de 2008

Ya hay amaneceres y puestas de sol.
Ya hay cielo nocturno con festival estelar cuasi perpetuo.
Ya hay vida.
Desapareció la sensación de asfixia.
Una pequeña pausa sin zorros ni corderos de corte manso y de espíritu viperino.
Sólo el azul del cielo y del agua dulce, clorada o no.
Sin mástiles, ni cabos.
Por un momento.

Y sin embargo siento una pequeña desazón, como si me hubiera dejado algo, como si te hubiera dejado.

miércoles, 25 de junio de 2008

La otra mejilla


Aprovechando el otro día (de libre asueto) se me ocurrió hacer una visita prevacacional (de caire) cultural y visitar Es Baluard. Como no había prisa decidí pasar primero por la zona centro. Y así, caminando, caminando, llegué hasta la Catedral. Entré. El calor allí desaparecía, para quedar un ambiente térmicamente neutro, incluso fresco. Pero lo que yo iba buscando, de manera inconsciente, era tranquilidad y no la forma de evitar encender el aire acondicionado. Hacía muchos años que no oía un sermón. Sin embargo me quedé. Inicialmente no tenía intención de escuchar, sólo dejar de pensar. El olor tenue a incienso me recordaba a otros tiempos. Lo más impresionante, el lugar. Si tuviese que escoger, me quedaría con mi Seu, pero he de reconocer, que ésta no se queda atrás. El sol entraba de manera libre a través del rosetón, filtrándose por entre sus cristales de colores e incidiendo de manera directa sobre los metálicos tubos del Órgano mayor, que de vez en cuando arrancaba tristes notas, con alegre iluminación como contraste. Sobrecogedor.

Tranquilidad. Y de fondo, el murmullo sectario, una palabra tuya bastará para sanarme... De corrido y sin pensar.

Me apoyé sobre uno de los pilares con intención de marchar pronto, pensando que llevaba una camiseta con tirantes que dejaba los hombros al aire y con un chicle en la boca (Oh! pecado hasta hace unos años. Castigo de Dios: sin nada al descubierto, sin nada en la boca, sin apoyarse [vuélvase a leer otra vez, pero con entonación al estilo "yo yo quiero un cuchillo"]), como la mayoría de las allí presentes. Pequeña venganza.

De repente, habló el sacerdote de nuevo y de manera perfecta pude escuchar sus palabras: el hombre moderno (desde siempre en contra de la modernidad, el pasado está repleto de tiempos modernos que en el futuro quedan obsoletos) vive con miedo, se siente infeliz y tal y cual (la cancioncilla de siempre). Entonces me quedé boquiabierta, sus cuerdas vocales dejaron escapar el aire modulado: "La creatividad nos hace más rígidos". ¿Era eso lo que realmente había escuchado? Aquel hombre, rodeado de arte (con fines no necesariamente estéticos), desde las vidrieras, a las columnas góticas, pasando por el barroco órgano y acabando por la contemporánea reforma de Barceló se atrevió a soltar aquella frase, encadenada a otras, que salían de su boca de manera informe, tediosa. Acabó aquello y salí "contenta".

Pero bueno, para gustos los colores. Ponga usted la otra mejilla.


Callejeando llegué hasta Es Baluard. Tras pagar religiosamente la entrada (a pesar que el pobre hombre de detrás del mostrador me insistía con: "¿Seguro que no es estudiante? ¿Y Carnet Jove? ¿Seguro que no tiene derecho a descuento? Que me dieron ganas de darme por vencida, pero para tozuda yo. Igual que como con los pacientes: Oy.. Oiga y, ¿seguro que es médico (con cancioncita mallorquina)? ¿Que no es muy joven? Y yo ahí, pues sí señor/a, lo de su familiar es bastante grave y hay posibilidades de que le queden como secuelas... Y se resignan, ya da igual que sea joven o vieja.).

La verdad es que se estaba fresquito también. Ahora tocaba luz diáfana, sin misterios ni sombras. Lienzos, la mayoría de los cuales no me decían nada, sólo creatividad expuesta (para Miró, según la audioguía, una obra de arte que te produce la misma sensación que un puñetazo en la cara [en la mejilla], puede considerarse una obra de arte). Un Sorolla, entre artistas catalanes, que me dejó indiferente (otra recomendación desde aquí: la exposición itinerante de Sorolla i Bastida de Bancaixa no tiene desperdicio, impresionante) con las meijllas intactas. Hasta que llegué a la parte dedicada principalmente a Joan Miró. "El vol de l'alosa, primera aurora: Fugim de pors complexes i cerquem / sols un doll d'aigua clara. // El vuelo de la alondra, primera aurora: Huimos de miedos complejos y buscamos / sólo un chorro de agua clara." Curioso. Clarificador. Si el párroco de antes, que basaba su sermón en el miedo del hombre, hubiera leído estas palabras protegidas por el cristal, se habría escandalizado, quizá más que yo al oirle a él. ¿Tendría él la otra mejilla libre?


Lo mejor del museo, las vistas desde la terraza.


PD: la única obra que me golpeó la cara fue Lebanon, de la Exposición Nomad (J. Martin), que no es la que sigue, pero casi.



(Óleo sobre aluminio)

lunes, 23 de junio de 2008

De manera concisa y rotunda dio por finalizado el asunto.
Sin protestar, sin argumentar.
Nunca dijo lo que pensó, porque las palabras se las lleva el viento, no dejan huellas. Son como los granos de arena que el viento arrastra o, si lo prefieres, como las pérdidas constantes de calor y humedad del cuerpo en busca de la homeostasis.
Y sin embargo, sus palabras eran las más importantes, su voz necesaria, aunque a veces no se compartieran las ideas.

Si pudiera desde aquí decirte todo esto, lo haría, pero me lo reservaré. Aunque eche de menos ver tus manos, tu sonrisa a medias (cada día más a medias). Aunque me cueste admitir que te echo de menos por completo (te lo negaré a la cara y sin sonrojarme). Mis palabras se las lleva el viento.

jueves, 19 de junio de 2008

Vacances

Las maletas medio hechas, pero no te preocupes que algo me dejaré olvidado, ya me acordaré cuando suba al avión, sin posibilidad de retornar. Regresar a los orígenes y alejarme del desastre diario, sin remordimientos y con una sonrisa de oreja a oreja, aunque sea de manera breve.
Canviar el Bellver per les Nits al Castell. Deixar la mar embafadora i fastigosa pels pins i el fenoll. El soroll i els cotxes per passejos a la nit a les fosques. Canviar les paneroles per formigues, escurçons i aranyes. Empatxar-me amb albercocs, graniçat de llimó i llet merengada. Sofrir la calor ofegadora sota l'ombra de les moreres.

Ja faig el compte enrere... (que no falten els punts suspensius).


PD: me atrevería a recomendar desde aquí Orígenes de Amin Maalouf, un libro que descubrí por casualidad en la biblioteca, templo de estudio y saber, cerca de los sicomoros y con vistas al castillo. No tiene porqué gustarle a todo el mundo, sólo es una recomendación de una lectora sin afán de convertirse en una experta en literatura.

miércoles, 18 de junio de 2008

Copy and paste

Mi procesador de textos hoy no funciona. Me temo lo peor. ¿Cómo podré escribir hoy? No me funciona el copy-paste y sin esto no seré capaz de dejar cuatro líneas muy bien escritas pero sin sentido alguno.

No puedo ni coger un texto cualquiera de por ahí para reproducirlo. Además no me apetece coger un fragmento de algún libro de autor con nombre exótico (que sólo conocen los que realmente saben del tema y que queda muy mono dejarlo caer como quien no quiere la cosa, como si desayunaran todos los días con él) y título sugerente, buscar una frase absurda y reproducirla aquí.

Por otra parte, qué más da, sólo se trata de escribir algo, no hace falta ni que lo piense. Únicamente necesito palabras, muchas comas y puntos, algún paréntesis y "faena feta, xiqueta". [Total...,,,,()¡¡^.^]. Ale, vale, ya estoy en trance. Pues, que tecleen mis manos, mientras plancho la camisa, me como un yogur y pongo la lavadora.

El viento en tus labios.... [¿he escrito yo esto? Si me despertara de este trance, sabría que yo soy incapaz de escribir semejante cursilada y mucho menos decirla de viva voz, me partiría el pecho de la risa, me sincoparía, y como no me podría auto-reanimar, porque sería h(j)arto complicado, me moriría y entonces no bajaría al quirófano el viernes, no pediría TCs y AGs mañana, no haría tactos rectales para desimpactar fecalomas (¿a mí quién me manda hacer esas cosas?) y mis artísticas y valiosas manos (hacedoras de nudos, escritoras de informes de alta y de ingreso y de solicitudes y PICs, repuntadoras, taladradoras y evacuadoras), con permiso de Nuestro Señor ocupante del sillón W, ya no podrían escribir más sandeces.]

Mis manos se paran, ¡Iluminado Buda!, ¿por qué me abandonas en la cruz gamada? Que no puedo seguir, porque no puedo copiar (mi portapapeles está saturado)...

El viento en sus labios... así mejor, esto ya es diferente, ya tengo otro relato, porque yo no escribo cuentos, ¿do I? (Uys!, que forma más cool de acabar, en inglés, como el Gran Mestre, esto denota que no soy artista, que no sé si es bueno o malo, pero como queda fashion... Y, hala, vivan los puntos suspensivos.... Y vivan las íes....).

El viento en nuestros labios húmedos.... Toma!!!! Ya tengo TRES relatos, como la hermana de mi madre que es la prima de mi abuela.

Los vientos en tus labios... Estoy que no paro, que me desmayo, que sí, que me da un yuyu. Taquicardia, hiperventilación, vigilen mi calcio (que se separa de sus canales). Denme una bolsa, que no llego, venga, que estoy en racha, que ya tengo frases para cuatro días.......... Obnubilación...

Ni, no, ni, no, ni, no (intenta reproducir el ruído de una sirena de la ambulancia del 061, porque como no puedo cortar y pegar el enlace de algún vídeo del yutuve, así, rollo superkul, con mensaje (?) de fondo...) ... Señora, qué le pasó, qué es lo último que recuerda, me pregunta el recién llegado R1 (que maneja el fonen, como yo las palabras, sin prestar atención). Yo, pues, creo que he hiperventilado. Me mira con cara de perplejidad. Yo hablo, pero no me entiende, es tonto este residente (que mira que yo soy de la profesión, lelo), me explora los ROTs (pero, tío, ¿qué haces? ¡A que me levanto y te enseño! Pero no puedo, tengo una hemiplejía derecha, hemianestesia faciobraquiocural y una afasia sensitomotora que te pasas [no escribo que te cagas, porque no me gustan las palabras soeces]. Vienen los NRL, nada esta tía pa arriba, a la unidad de ictus. Un ECVA (me lo pido isquémico, para que me fibrinolisen) de la ACM-I (ictus isquémico del territorio de la ACM izda, de origen indeterminado [yo sé que es de origen embólico, me provocaste una FA que, junto con mis arterias llenas de grasa por culpa de la excelente comida de la cafetería a pesar de mi edad, ocasionó un émbolo... Bueno, imagínate, listo, el resto), mientras que se quede en eso y no se convierta en una ACM maligna, así me dejo la medicina (quién va a querer una cirujana hemipléjica y afásica) y me dedico al arte literario pa cobrar pasta. Es fácil, aunque me deshuesen. Sólo copiar y pegar, copiar y pegar, copiar y pegar.......................................... O igual me paso al lado oscuro y me pongo a hacer frases estilo "si chu chu, guays / si chi chi, guays / in the dark of the train, ouyea"

domingo, 15 de junio de 2008

Pino / Observación

A través de la misma ventana que los pasados días me permitía contemplar cómo gotas de agua caían desde el cielo para estrellarse contra el suelo, hoy puedo sentir, al abrirla y ver un día radiante, un olor a pino veraniego que se acentúa tras haber sido remozados no hace mucho.
Un día pre-estival. Domingo.
Ya lo echaba de menos (ho trobava a faltar).
Y dentro de nada a rehacer las maletas (!).

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Parecía casi un instante.
Quizá duró más que eso.
No lo sé.
Algo que pareció fugaz.
No dio tiempo a asimilarlo.
Aparecías de manera sigilosa, como observándome, como si tus ojos quisieran traspasar la materia orgánica e introducirse en mis sinapsis.
Como si fueras un rastreador de pensamientos.
En varias ocasiones.
Estudiando mi forma de actuar.
Sin importarte si me daba cuenta.
Como un espía de la KGB, como quien no quiere la cosa.
Escuchando sin mirar.
Mirar de frente sin decir nada.

Sin interacción.


Así pues, no interactúo.


"ahora sé
que el estar acompañado es caminar sin nadie
que cuando alguien va a tu lado es no tener a nadie
ahora sé"

miércoles, 11 de junio de 2008

Día absurdo

Un trueno, típico de agosto, descargando su ira en pleno mes de junio.
Torrentes violentos de agua desfilando calles abajo.
Me calo hasta los huesos, hambrienta (como los pescadores de los que hablé).
De nada me sirve el paraguas.
De nada me sirve el 46.
Me chorrean las zapatillas y las perneras de los pantalones.
El paraguas sobe el suelo gris parece un grifo abierto.
Empiezo a sentir frío.
Sobre la tarima de la parada, ya enfrente de casa, empieza de nuevo el diluvio.
Los coches, en manada, en las dos direcciones, me impiden cruzar la calle.
Llegué (?) a casa.
No diviso la cara opuesta de la bahía a través del ventanal, ni siquiera acierto a ver los barcos amarrados.

Por lo menos hay tormenta, aunque ya débil. Eso es lo mejor para un día absurdo.

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Y porque me apetece, aunque no le pega nada:

Edo Zanki


martes, 10 de junio de 2008

Bichos o la conducta humana

Los humanos somos una especie cuanto menos curiosa. Cualquier actuación nace o no de una planificación mental, basado o no en experiencias previas e improvisando o no sobre la marcha. La valoración del resultado final depende de varios factores y no siempre se pondrán de acuerdo las diferentes partes.
Expondré un ejemplo verídico leído en la edición impresa de cierto periódico serio con fotografía añadida (si esto es real o no, no tengo la menor idea, no estaba allí, pero es cierto que se publicó. Y aunque no fuera cierto, poco importa. Podría haber sucedido).

Hará unas semanas, un barco pesquero ruso, creo recordar, atrapó entre sus redes, mientras faenaban en águas gélidas, una pieza que, al subirla al barco, les desconcertó. No supieron qué bichejo era áquel, alguien dijo que le parecía una manta, otros opinaron otras cosas, pero lo que es cierto es que realmente desconocían la auténtica identidad de aquel especimen. Hasta que llegaron a la conclusión que aquello no era de este planeta y acordaron de forma unánime que se trataba de un extraterrestre. Así pues, le hicieron una fotografía con la cámara de un móvil (no sabe McGiver lo que se perdió al no disponer en su época de tan práctico utensilio, igual hubiera pasado de su navaja suiza roja) para tener un registro gráfico que mostrar al mundo. Y después de eso, como parece ser que no tenían mucho que llevarse a la boca, decidieron coger el Ser y lo prepararon para que les sirviera de alimento. Y se quedaron tan panchos. Ni se plantearon si pudiera ser radiactivo-tóxico-irritante... dado que sospechaban que venía de las estrellas. Y hasta aquí la inverosímil historia.

Puede que otros, ante tal circunstancia, hubiesen puesto el bicho a buen recaudo y, ante la situación de hambruna extrema, comerse otra de las capturas más normalitas. Otros lo hubieran lanzado al mar de nuevo, quizás por miedo.

Sea como fuere los aturdidos científicos no salían de su asombro y tuvieron que conformarse con una foto de baja resolución, que los lectores pudimos observar en blanco y negro.

Historia absurda que, repito, sea o no cierta, pone de manifiesto que a veces los humanos somos de lo más patético.

sábado, 7 de junio de 2008

Vuelta a la lluvia

En la explanada, el cielo nocturno rojizo, violáceo...
Al fondo, sobre las montañas, despejado, azul turquesa oscuro.
Sobre la bahía, cielo ennegrecido.
El Bellver, como si fuera la luna, aparece fantansmagórico, imponiendo respeto, más tridimensional que nunca (como el aura de una migraña, como tu súbita presencia, me quedo aturdida, sin respiración), sobre el fondo morado.

Y ahora llueve, se veía venir... Sólo faltan los relámpagos y sería una noche perfecta, los reclamo (como con la exasperante analítica general "urgente"), y sólo llueve más intensamente.
La ventana refleja minúsculas partículas líquidas que, con la escasa luz exterior, asemejan múltiples estrellas a mi alcance.

Pero no hay tormenta.

PD: ya sabía yo que en mi día libre, mañana, iba a hacer mal tiempo. Poco importa, ya tenía previsto visita turística acompañada de toque literario. No creo cambiar de planes. Me acompaña mi paraguas desde la facultad, que llueva si quiere, aunque no duerma en toda la noche.

jueves, 5 de junio de 2008

Colección de nubes



Nubes de mi tierra, nubes de las islas (1). Nubes mediterráneas al fin y al cabo.

Gotas de agua suspendidas, errantes. Siempre las mismas, pero diferentes.

Compañeras silenciosas. Algodonosas. Cálidas y frías. Nubes temperamentales y tímidas.

Y al final el arco iris.

Colecciono nubes para que no te pierdas tú y para que recuerde yo, para que no se borren en el olvido.

(1) Adivina de dónde es cada una.

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Será porque iba a un colegio de profesoras con cofia en la cabeza y biblias en la mano esta escribiente agnóstica, pero cuando de pequeña miraba las nubes, en especial grandes cúmulos sobre mi cabeza y dejaban entrever los rayos del sol, pensaba: "Ahí vive Dios". No cambiaron mi forma de pensar (que no diga en voz alta lo que piense no significa que no tenga mis propias opiniones), pero sigo pensando "Ahí vive Dios". Espero...

miércoles, 4 de junio de 2008

Reflexiones

Miro atrás y no veo ni rastro del pasado que me persigue continuamente.
Miro hacia adelante y no veo las trazas de aquello que intuyo podría ocurrir.
Miro el presente estancado entre los dos.

Ayer no era peor de lo que soy hoy y hoy no soy peor que mañana.
Hoy no soy mejor que mañana y ayer no era mejor de lo que soy hoy.

Pienso, luego existo. Vale.

Pero, ¿lo que pienso vale la pena pensarlo? Según lo que pienso, ¿mi existencia será mejor o peor?
Quisiera dejar de pensar, sin necesariamente dejar de existir. Existir lo justo para vivir. No pensar en banalidades recurrentes. No quiero ser un magnífico pensador, nunca lo pretendí. No quiero descubrir(les) nuevas tendencias filosóficas (a ustedes). Dejadme disfrutar del concierto sin destriparme las notas ni los fallos. Que suenen los instrumentos en directo. Prometo escuchar y no analizar, sólo disfrutar del momento. Aunque sólo sea un instante. No me destripéis los libros ni analicéis su sintaxis. Prometo leer y no ver segundas intenciones, sólo disfrutar de las palabras.
No quiero darme cuenta de que pasé mi tiempo sin disfrutar una parte de él.

Y sin embargo, no puedo dejar de pensar.

lunes, 2 de junio de 2008

Herminia o la mujer que esperaba

!Hola, bonita, cuánto tiempo sin verte! No la conozco de nada, no la vi en mi vida (soy despistada pero no tanto). Allí sentadita en su silla de ruedas, con su pijama (si a eso se le puede llamar pijama; siempre se lo digo a los pacientes: usted espere, sentadito, que ahora viene la enfermera [o la residente con complejo de celadora] y le traen el pijamita; no es un pijama, es un trozo de tela que por detrás exhibe lo que muchos deberían no enseñar nunca, y que para más inri no te deja en situaciones de emergencia explorar la caja torácica, algo que va por debajo de la cabeza creo recordar, y que si tienes mucha prisa puede hacer que estrangules al sujeto que precisa auxilio]. Pues allí sentadita, con su IMC algo elevado y su pijama, espera delante de la puerta, tal vez para hacerse unas radiografías, tal vez para que le llame un compañero galeno. Me fijo en sus piernas con claros signos de insuficiencia (léase el Harrison para esto y más cosas). Miro luego su pelo blanco. Me dice de nuevo, hola bonita. Pienso, señora gracias por los piropos, pero me lo callo, porque sonaría a sarcástico y encima que alguien me miente... Me mira, has visto mis piernas, las tengo hinchaditas. Miro que lleva una bolsa colgada en la silla, una gran bolsa blanca que seguro contiene las pertenencias con las que vino (o con las que le abandonaron en el peor y más común de los casos). Herminia, pintada en rotulador negro indeleble. Le digo, tranquila que ahora mi compañero la llama, y miento. Hasta luego Herminia. Y se queda tranquila esperando en la silla de ruedas.

domingo, 1 de junio de 2008

Hay dos tipos de personas: las que consiguen lo que quieren y las que no se atreven a conseguir lo que quieren.

En C.K.